Seny, pit i collons, Toto

Eduardo Berizzo recibe mensajes de apoyo

Eduardo Berizzo recibe mensajes de apoyo / AFP

Carme Barceló

Carme Barceló

En el Nuevo Zorrilla, allá por diciembre del 2012, los jugadores del Barça saltaban al campo con una camiseta muy especial. Messi, Xavi, Claudio Bravo, Piqué, Busquets, Mascherano y así hasta once devolvieron el nuevo golpe que les había dado la vida dedicándole a su entrenador, Tito Vilanova, esa zamarra con la frase “Seny, pit i collons” a la espalda y “Ànims” en el pecho. Lo que vivió aquel vestuario en aquellos tiempos sólo lo saben ellos. El cáncer les atizó fuerte. Abidal logró superarlo y en la memoria del fútbol quedará para siempre la imagen del jugador francés levantando la Champions en Wembley con su amigo Puyol. Todos pusieron su ‘seny’, su ‘pit’ y sus ‘collons’ porque se repitieron como un mantra que la unión, además de hacer la fuerza, es la mejor medicina en pos de un objetivo. Una lucha ante un enemigo que, de individual, pasa a ser común. 

El pasado domingo, Berizzo les dijo a sus jugadores que padecía cáncer de próstata. Otro vestuario curtido en golpes que aún vive el duelo de la muerte de Antonio Puerta y, los más mayores, la de Pedro Berruezo. Mazazo. El fútbol pasó a un segundo plano. Pero el técnico sevillista sabía que lo mejor para él y para su equipo era desviar el foco hacia el balón y darlo todo ante el Liverpool. Al descanso, el Sevilla perdía 0-3. La arenga del Toto Berizzo fue determinante. Y los futbolistas le dieron la vuelta al alma, se enjugaron las lágrimas y fueron a por la gesta. Tenían un objetivo que iba más allá del fútbol y que muy pocos sabían fuera. Me cuentan que alguno se hizo daño apretando los dientes y que, tras el 3-3 épico, se echó a llorar con el rostro escondido en la taquilla. 

Hay partidos en los que no hay rivales. El enemigo es común y no está en el césped. Así lo vio el FC Barcelona, experto por desgracia en estos envites, y puso al servicio de Eduardo Berizzo y del club andaluz su equipo médico para colaborar en lo que fuera posible. Un bello gesto para sumar más ‘ànims, seny, pit i collons’ a la lucha del Toto.