"Señoría, míreme a los ojos"

Cristiano Ronaldo declaró ante el juez

Cristiano Ronaldo declaró ante el juez / EFE

Carme Barceló

Carme Barceló

Debo reconocer que Cristiano me tiene robado el corazón en lo que a lenguaje verbal, papeles de actor principal y exposición corporal se refiere. Periodísticamente, es un regalo. Deportivamente, un jugador excepcional. Pero le falta lo que otro tiene y que ni se compra ni se vende como el cariño verdadero, qué le vamos a hacer. Ese otro es el que no necesita pedirle a nadie que le mire a los ojos o a la tableta abdominal que Ronaldo exhibe día sí, día también. Está en otro plano y cuando, como él, pisa los juzgados opta por el silencio y dejar que el mismo que le llama “capo de una organización criminal” sin mirarle a las pupilas, haga justicia. Divina, no. Absolutamente terrenal. En este césped sí que son todos iguales. Uno ya ha pagado por ello, sigue en el Barça y reinventándose cada temporada. Otro continúa pensando que en Inglaterra viviría mejor aunque allí, si empujara a un árbitro y dejara a su equipo sin su único goleador titular con garantías, otro gallo le cantaría. Mientras, a Leo le reclaman la foto de la renovación cuando solo le falta a su perro Hulk firmar por poderes. Y al portugués le perdonan que verbalice con todas las letras que se quiere ir.

Están en Madrid que se suben por las paredes. Más allá de este victimismo arbitral abanderado por Florentino Pérez, la distancia del Barça en la Liga y el 3-0 ante la Juve con Messi en modo extraterrestre, les ha explotado en la cara su planificación deportiva. Entretenidos con Neymar, Coutinho, ‘estelades’, referendums, colegiados y mociones de censura, ha pasado casi desapercibida la realidad de su plantilla y ahora, esas carencias y los golpes de varita de Zidane les han bajado a la tierra. Desconozco en el momento de escribir este artículo el resultado de los blancos ante el Apoel pero si les miro a los ojos, además de las lágrimas arbitrales veo mucha envidia. Que sigan las encuestas, señoría, para saber qué equipo está mejor o peor que el año anterior. La diferencia la marca el que nos hace poner los ojos en blanco cuando le miramos. Perdón, en azulgrana.