LA OPINION

No se salva ni el Tato... ni el Tata

Josep Capdevila

Si. Ya lo sé. Ahora nos dirán que aún queda la Liga. Que sigamos confiando en ellos. Que se merecen un voto de confianza por todo lo que han hecho. Que han merecido más. Y que el fútbol es así.

Pero su credibilidad se ha ido agotando poco a poco. Lentamente. La de todos. Comenzando por la directiva, pasando por el director deportivo, el entrenador y acabando en los jugadores. Todo son culpables de lo que ha ocurrido. Sandro Rosell por querer hacer de director deportivo. Bartomeu y los actuales directivos para no moverse cuando aún había tiempo. El director deportivo porque no se sabe de que hace.

Y el Tata Martino. Por venir de vacaciones a Barcelona. Por no tener el más mínimo interés en integrarse en el club. Por no seguir la excelencia en el trabajo, ya no digo en los resultados, de sus predecesores. Y por callar y cobrar cuando ha visto que perdía el control del vestuario y que eran los jugadores los que mandaban.

Y los jugadores. Se comprende que tras el adiós de Guardiola, que les dejó agotados tanto física como mentalmente, se quisieran tomar un descanso. Pero no se comprende un descanso de dos años. No se comprende la dejadez evidenciada estos últimos meses. No se puede vivir de rentas. No se puede vivir recordando lo que un día hicieron por este club. Dicen que están a muerte con el Tata Martino. No me extraña. Pocos entrenadores más les permitirían trabajar tan poco y mandar tanto.

No sé si se ha acabado un ciclo. No sé que se ha acabado. Pero me temo que se está acabando la paciencia de los aficionados. Y eso es lo que deben entender Bartomeu y sus directivos. Que ha llegado la hora de dar un golpe de timón. Y, eso si, primero tocar madera para que la FIFA levante el veto a los fichajes. Si no, no quiero imaginarme lo que puede pasar la próxima temporada.