La sala de espera

Cristiano Ronaldo deberá declarar ante el juez

Cristiano Ronaldo deberá declarar ante el juez / AFP

Carme Barceló

Carme Barceló

Paciencia, bendita virtud. En estas semanas de ‘mercato’, el reloj no marca las horas aguardando a unos mientras le damos empujones a las agujas para que corra el tiempo y se vayan otros. Por no hablar de las canteras y de esos jugadores jóvenes que no saben, no quieren o no pueden esperar. 

Paradojas de la vida y de este fútbol nuestro, Barça y Real Madrid viven de forma muy distinta en la sala de espera las decisiones de sus estrellas. La renovación de Messi ha caminado lenta pero segura en los últimos seis meses pero la ejecución de la misma se dilata. Se habló de marzo. Después, de lo que pudiera acontecer tras la remontada ante el PSG. O en caso de ganar la Liga, que estuvo ahí hasta la última jornada. O tras la Copa del Rey, para poner un punto final más feliz a la temporada. Nada de eso ha sucedido, el argentino está de vacaciones prenupciales y los tiempos los marca él. Pero lo que está muy claro es que el matrimonio con el Barça funciona y quizá que su luna de miel llegue acompañada de esa nueva renovación. Visto lo visto hasta ahora, puede que sea el ‘fichaje’ más ilusionante –a la par que tranquilizante– para el barcelonismo. Al culé no le importa estar 24 horas de guardia siempre y cuando Leo se quede en casa. Paciencia.

Dedicado a los que se han llenado la boca y el bolígrafo con la máxima de que “Messi manda, decide, ficha, finiquita y es el dueño y señor del club, algo que no sucederá nunca en el Real Madrid”. Pues ahora resulta que Cristiano tiene a todo el madridismo pendiente de él. El teléfono no suena, tras la ‘bomba’ él sigue a lo suyo con su selección y se pronunciará cuando a él le parezca. Mientras Florentino Pérez continúa su carrusel de entrevistas y Mendes se desmarca de Ronaldo, la dirección deportiva del Realísimo (si llamas, descuelga el presidente) trabaja con un interrogante sobre su cabeza. En este caso, a diferencia de Messi, no hay unanimidad sobre su futuro. Sobre Leo no hay duda alguna. Sobre CR7, muchas. Al primero, lo esperan todos y el segundo, desespera a la mayoría.