OPINIÓN EXPRÉS

Un ridículo para salir en globo

La desesperación de Messi lo dice todo

La desesperación de Messi lo dice todo / JAVI FERRÁNDIZ

Lluís Mascaró

Este miércoles había cules que querían que perdiera el Barça. Más de uno. Más de dos. Y más de tres. Bastantes. Son los que desean que el equipo fracase para que Bartomeu salga 'en globo'. Son los que sueñan con que el club entre en una implosión definitiva que acabe con esta junta directiva. No es la primera vez que pasa en la historia reciente del barcelonismo. Ni en la antigua. Desgraciadamente. El cainismo blaugrana es tan viejo como la propia entidad...

La división se ha recrudecido en las últimas semanas. Seguramente, el detonante ha sido la huida de Neymar y la lentitud de la directiva en fichar a sus recambios. Coutinho Dembélé (más el primero que el segundo) están al caer. Pero, de momento, solo se han incorporado SemedoDeulofeu (en un regreso que no parece tener mucho futuro) y Paulinho (que será presentado este jueves). No son, precisamente, futbolistas que ilusionen como alternativas al crack brasileño que se ha fugado al PSG.

A eso se le une la 'falta de cariño' que reciben los canteranos y la sensación de que esta directiva no confía en el modelo de La Masia. Este supuesto ha recrudecido la campaña en las redes sociales contra Bartomeu. Una campaña tan beligerante que, en algunos casos, sobrepasa los límites de la ética. Y solo faltaba la 'bronca' entre Busquets Pep Segura por el autogol de Piqué para meter más leña al fuego del entorno... Unicamente el equipo, los buenos resultados, pueden aguantar a esta junta directiva. Pero el grave problema es que este equipo ya no está ni siquiera para estos trotes. Este Barça ya no es el Barça. Y, lo que es peor, el Madrid se ha 'disfrazado' de Barça.

COMO EN LOS TIEMPOS DE GASPART

El ridículo que hizo el Barça en el Bernabéu es de los que hacen historia. Especialmente en la primera parte. Y no solo por el resultado y la pérdida del título. Eso, al fin y al cabo, es lo de menos. Lo realmente preocupante fue, una vez más, la imagen que ofreció el equipo. De impotencia absoluta. De descontrol supino. De decadencia... Solo algunos destellos puntuales de Messi permitieron albergar esperanzas de mejora. Leo es bueno. Muy bueno. El mejor. Pero él solo no puede ganar a un Madrid que, hoy por hoy, es muy superior al Barça.

La derrota de este miércoles debe tener consecuencias. Deportivas o institucionales. Hay que arreglar este desaguisado que puede condenar al Barça a una larga, larguísima, travesía por el desierto. Como en los peores tiempos de Gaspart... Un presidente que, por cierto, acabó saliendo 'en globo'. ¿Se acuerdan?

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