Revolución en las formas

Ernesto Valverde, durante su presentación como nuevo técnico azulgrana

Ernesto Valverde, durante su presentación como nuevo técnico azulgrana / Ignasi Paredes

Ernest Folch

Ernest Folch

Valverde empieza bien. Respondió con sinceridad, se expresó de manera precisa e inteligente y gustaron las primeras líneas que recitó de su ideario blaugrana: dijo que “profundizará” en el estilo del Barça, al mismo tiempo que dejaba claro que “no nos podemos quedar quietos, el fútbol debe seguir avanzando.” Son tan solo los primeros esbozos de un libro que ayer dio la sensación de que él mismo irá escribiendo lentamente, sin prisas, y con mucha paciencia. Tiempo habrá para conocer sus ideas y su razonamiento. Lo que ayer sí quedó muy claro es el cambio radical de tono que se va a producir a partir de ahora en la sala de prensa del Camp Nou. Y es que ayer la novedad radical no estuvo en el fondo sino en la forma. Porque Valverde destiló en todo momento un profundo respeto hacia sus jugadores, hacia el club, hacia el pasado y, novedad, hacia la prensa. Hubo como siempre preguntas brillantes, malas, difíciles, tramposas y benevolentes, pero él no perdió nunca la compostura, las aceptó con humildad, tranquilidad y en algunos casos incluso con sentido del humor. Sucede que de repente al Barça lo va a representar un tipo normal, que escucha las preguntas en lugar de menospreciarlas, que atiende con consideración pero también con firmeza, y que más que dominar lo que pretende es convencer.

En su primera comparecencia, Valverde demostró que tiene asumido que, en el cargo de entrenador, también va incluido el papel de representar el club y que el contacto con el exterior no es un suplicio sino una responsabilidad que es indisociable de la de entrenar. En el Barça ha habido siempre un sector minoritario que siente fascinación por los maltratadores y las personalidades macarras de “ordeno y mando”, y es posible que no tardemos en ver, a lomos de la primera derrota, como a Valverde se le reprocha ser blando y tener poca personalidad. En cualquier caso, ayer dejó claro que él no piensa cambiar su forma de ser y que va a ejercer su criterio de una manera totalmente independiente. De momento, a falta de conocer los detalles de su nuevo proyecto, ya ha irrumpido una primera revolución. En las formas.