Que solo sea un paréntesis

Messi y Neymar, en la celebración del segundo gol del Barça

Messi y Neymar, en la celebración del segundo gol del Barça / sport

Xavi Torres

Xavi Torres

El penalti a lo Panenka de Messi fue una obra de arte. A pesar de que Andrés Fernández le buscó la mirada, el astro argentino preparó la previa con la vista fijada en el balón antes de golpearlo de cara a la galería en un gesto muy poco habitual en él. Un nuevo doblete. Y ya van cien. Y más de 500 goles. Una locura.

Ante el Villarreal, Neymar se salió. Imposible olvidar ese minuto 81, esa maravilla en forma de regate aéreo a Mario, paralelo a la línea de fondo, antes de cerrar la jugada con el penalti que dio paso a la otra obra de arte ya comentada. A diferencia de Messi, el brasileño es feliz adornándose aunque solo se hará eterno si a cada lazo le añade practicidad.

Luis Suárez también dejó una foto inolvidable. El 3 a 1, de lujo. Corriendo, recibiendo, amagando, cambiando de dirección y rematando. Todo lo hizo él. El uruguayo es una joya para el equipo, por su generosidad y su efectividad. Entre Messi (51), Suárez (34) y Neymar (16) ya suman 101 goles. Y quedan tres partidos para ampliar la cifra. El rendimiento del tridente es un auténtico sueño. Sin embargo, esta temporada el Barça no ganará la Champions y camina por la Liga esperando el tropiezo del Real Madrid. Es obvio que algo ha sucedido. O mejor, que algo está sucediendo. Con los tres cracks y con el resto del equipo. Con la idea. Con la manera de expresarla. Y de evolucionarla. Un toque de atención. Y acabe como acabe la sesión 2016-17 (se confirmen o no los éxitos blancos) el club debe actuar. Se trata de no detener el baño de títulos que el Barcelona le ha dado al Madrid en el último cuarto de siglo, para ser más exactos, en estos últimos 29 años desde que llegó Johan Cruyff al banquillo y cambió la historia del Barcelona... y también la del Real Madrid.

Porque es importante que en este momento nadie se engañe ni se equivoque en las decisiones que hay que tomar mirando hacia el futuro. Desde septiembre de 1988 hasta hoy, el método ha regalado al barcelonismo una manera de disfrutar del fútbol, de sentirse orgulloso, una producción brutal de nombres made in Masia (con Messi como guinda del pastel) y, para los resultadistas, los números: 47 títulos contra 33, +14 para los azulgranas: Liga, 14-9; Copa, 7-4; Supercopa de España, 11-8; Copa de Europa, 5-5; Recopa, 2-0; Supercopa de Europa, 5-3 y Mundial de Clubs, 3-4. En la goleada, solo un sorprendente 5-5 en la Champions (que pueden ser un 5 a 6 si la noche de Cardiff es madridista). Que el Barça solo haya disputado una final de las últimas seis de la máxima competición es un/a ... (añadir el término deseado). El cómo, está escrito. Josep Maria Bartomeu y su junta, más Albert Soler y Robert Fernández -los ejecutivos responsables-, tienen la última palabra. El barcelonismo espera.