Un proyecto más allá del Calderón

Messi y Neymar, en una imagen de archivo

Messi y Neymar, en una imagen de archivo / EFE

Tomàs Andreu

Tomàs Andreu

Nada mejor que una derrota del Real Madrid para revitalizar el ánimo más que alicaído del barcelonismo. Y nada mejor que visitar el Calderón para saber si la Liga está viva o bien solo es un espejismo. Sin duda, fin de semana trepidante en cuanto a la competición se refiere. En este caso, sin embargo, lo que realmente me preocupa es que el vértigo liguero no se traslade parcialmente a la secretaría técnica.

El Barça 2017-18 necesita de algo más que retoques puntuales. No se trata de una revolución pero sí de cambios profundos, empezando por despejar las dudas sobre la dirección técnica y acabando por priorizar la lista de posibles fichajes en cuantas demarcaciones sea necesario. Mucho trabajo por delante y poco atisbo de soluciones. Es cierto que la tradición marca un antes y un después coincidiendo con la Semana Santa: del scouting y los sondeos se pasa a las negociaciones.

Las prisas no ayudan y menos en un Barça que no va sobrado de cartera ni de habilidades negociadoras en cuanto se suma a una puja. Pero un principio sí debería estar a salvo: pase lo que pase en el Calderón, suceda lo que suceda en la Liga, el Barça 2017-18 debe presentar numerosas caras nuevas en su primera plantilla.