Por sus obras le conoceréis

Florentino Pérez no quiere que el Barça juegue la final en el Bernabéu

Florentino Pérez no quiere que el Barça juegue la final en el Bernabéu / EFE

Carme Barceló

Carme Barceló

Tienen los lavabos como los chorros del oro. Por no hablar de la zona noble, donde aposenta sus reales lo más granado del poder político, mediático y jurídico del país. Les llueven las ofertas para realizar conciertos, techos retráctiles, terrazas de verano y solariums en tribuna. Es el Bernabéu, ese lugar de culto donde el público soberano también cuestiona sonoramente a sus estrellas que considera que no están a la altura o, como es el caso, son incapaces de clasificarse para una semifinal de Copa del Rey. Ese estadio bello, que cuenta con todas las comodidades para ser lugar de acogida, sigue negándose a recibir a los que llegan a una final por cuarta vez consecutiva a la par que optan al triplete. A Florentino este tema le hace poca o ninguna gracia. Pero ayer prefirió echarle sal al momento agrio que vive y repetir aquello de las obras en su feudo como excusa para no celebrar el partido entre el Barça y el Alavés. Parece ser que aún le escuece el ridículo del episodio Cherishev, que no digiere bien que el FC Barcelona le pase otra vez la Copa por la cara y que, por ende, a él le suponga repetir la sátira anual sobre la ubicación de la final. El Real Madrid se niega -en la capital lo venden como “no se ofrece”- a acoger un evento tan importante cuando uno de los equipos implicados viste de azulgrana. Y la historia le vuelve a empujar a sanear las infraestructuras.

Lleva el presidente unos días de mal café, por decirlo fino. Acostumbrado a salirse casi siempre con la suya, entre políticos y finalistas le están amargando las siestas. Sus huestes avivan las llamas a la par que intentan alejar al vigente campeón del calor de la zona de influencia. La obsesión por menoscabar la imagen del Barça tiene esta vez en el centro de la diana a Luis Suárez y su expulsión del martes. Lo que no se consiguió presionando al alcalde de Vigo -incluso Tebas dejó en evidencia al club de sus amores en este asunto, que ya es decir- lo buscan en la figura del ‘pichichi’ y, por extensión, en el colectivo arbitral. Por sus obras le conoceréis. Lavabos incluidos.