El plan para asaltar el cielo

Messi y Neymar fueron los grandes protagonistas del ataque blaugrana

Messi y Neymar fueron los grandes protagonistas del ataque blaugrana / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça y el barcelonismo se adentran esta noche en territorio desconocido. Nunca antes esta generación maravillosa tuvo que afrontar un reto tan descomunal porque nunca antes había sucumbido tan estrepitosamente como lo hizo en París. Nunca jamás un equipo ha podido remontar este resultado en una eliminatoria de Champions. Y nunca un desafío semejante se afrontó con el entrenador habiendo anunciado que se va y sin conocer el nombre del próximo. La mejor plantilla de la historia del Barça, con el mejor jugador de todos los tiempos a la cabeza, se asoman a las 20.45 en el Camp Nou al abismo de un partido inédito en su carrera. La situación es tan singular que todos nos hemos volcado a situarlo en el terreno de la fe. ‘Creer’ es el verbo más utilizado tras el espectacular partido contra el Celta y el verbo se conjuga las 24 horas: los jugadores creen, la afición cree y el entorno cree. Y es cierto, sin confianza en tus propias fuerzas nada es posible. Pero la fe no es suficiente, entre otras cosas porque lo que ha reenchufado al culé con el equipo y viceversa ha sido la recuperación del mejor juego, como se vio el sábado ante el Celta. O lo que es lo mismo: el Barça se ha vuelto a sentir fuerte cuando ha vuelto a su propia esencia y ha recuperado el mediocampo, se ha hecho con la posesión, ha vuelto a presionar arriba y ha sometido al contrario de cabo a rabo. Ayer tanto Luis Suárez como Luis Enrique dejaron muy claro cuál va a ser el plan de juego: paciencia y más paciencia. Nada de prisas, nada de precipitaciones. Hoy más que nunca no hay que confundir la motivación con la sobreexcitación. El Barça solo asaltará el cielo si es listo, paciente y controlador; es decir, si es él mismo. Vísteme despacio que tengo prisa. Este es el plan.