Pep y el lobo

Los jugadores del City no fueron ovejitas asustadizas, sino leones heridos

Los jugadores del City no fueron ovejitas asustadizas, sino leones heridos / AFP

Javier Rodríguez Marzo

Javier Rodríguez Marzo

“El Mónaco necesita poco para castigarte”…  Algunos entendidísimos se burlaron de Guardiola cuando en la previa advirtió del peligro monegasco. Ya está exagerando.  Les  recordaba al pastorcillo del cuento infantil. “Que viene el lobo”, gritaba aquel desde la colina con tanta frecuencia, que llegó el día en que los vecinos de su pueblo ya no le creyeron…  Fue entonces cuando de verdad apareció el lobo. Y en el caso de Guardiola, los lobos.  El propio Mónaco y Mateu Lahoz. Dos mordiscos de Falcao y Mbappé (¡vaya perla) y otro del temido colegiado español (no pitó un penalti al Kun) parecieron sentenciar de muerte al City. Pero los de Pep no reaccionaron como asustadizas ovejitas sino como leones heridos. El penalti parado por Caballero, rabioso por el fallo en el primer tanto encajado, hizo rugir a los locales, que lograron una remontada épica en una noche mágica de Champions. Una vez más, Guardiola volvió a enseñarle el camino al Barça. Que n’aprenguin!