Un partido raro, raro, raro

Messi y Arda Turan celebran el 1-0, obra del argentino

Messi y Arda Turan celebran el 1-0, obra del argentino / sport

Xavier Ortuño

Xavier Ortuño

El Barça se enfrenta este sábado a Osasuna en un horario raro. La una del mediodía queda entre el vermut y el primer plato así atravesado como un palillo en una gilda y el final del encuentro queda al borde del postre como la nata del flan esa que no sabes si está para decorar o para ser rebañada hasta la extenuación. 

El campo del Sadar es raro. Al Barça no le ha ido excesivamente bien. Debe ser uno de los pocos campos donde el resultado reciente que más veces se ha repetido es el empate (5 victorias, 6 empates y 3 derrotas para el Barça como visitante ante Osasuna). Entre el frescor del ambiente que sobrepasa el equipo haciendo que les cueste entrar en juego y en alguna ocasión el humo de un volcán hizo que el equipo tuviera que viajar por carretera hace que no sea un campo que traiga buenos recuerdos en general.

El partido llega en un momento raro, el equipo lleva tres empates consecutivos en Liga, uno de ellos ante el Real Madrid, y necesita sumar de tres en tres en los dos partidos que quedan para que acabe el año. Pero el eterno rival no disputará la última jornada de Liga ya que estarán en Japón en el Mundial de Clubs. Así que el Barça se puede pasar en un ‘pis pas’ de tropezar tres veces a colocarse como líder virtual si el Real Madrid pincha ante el Deportivo.

Así que con todas las rarezas que tiene el encuentro más vale que el Barça llegue con el mono de trabajo (con forro polar), habiendo desayunado bien y que vuelvan a contar los partidos por victorias para terminar el año con un buen sabor de boca y reenganchados a la Liga en la que el Barça hace más de un mes que no gana.