Ney tiene muchos enemigos

Así cazan a Neymar

J Monfort, J Ferrándiz, M Casanovas, V Enrich

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Neymar está siendo acosado por tierra, mar y aire. O, lo que es lo mismo, el crack brasileño está siendo molido a patadas por los rivales, perseguido por los árbitros y maltratado por los medios de comunicación de la caverna. Injustamente. Porque lo único que hace Neymar es jugar a fútbol como él sabe. Con esa magia por la que, de verdad, vale la pena pagar una entrada. Su único pecado es llevar la camiseta del Barça. Si vistiera de blanco, todo sería diferente. Ni siquiera hubiera tenido tantos problemas con Hacienda. Pero Neymar prefirió jugar al lado de Messi, aceptando el rol de escudero del mejor futbolista del mundo, en lugar de ser la estrella del Madrid. Y el madridismo y su entorno no se lo perdonan.

Neymar encaja paliza tras paliza en todos los estadios. Incluso en el Camp Nou. De hecho, es el futbolista que más faltas recibe. ¡Y eso sin contar las que no le pitan! Porque los árbitros, en lugar de protegerle, en lugar de cuidar su arte, se ceban en él. Cualquier gesto es interpretado por los colegiados como una provocación. Y le llueven las tarjetas amarillas por lo que los trencillas consideran ‘simulaciones’ o ‘piscinazos’, cuando la mayoría de las veces son penaltis como catedrales. Es, lamentablemente, el precio que el crack brasileño tiene que pagar por su brillante juego. Ese juego que los periodistas antibarcelonistas califican como una falta de respeto a los rivales. 

Neymar, afortunadamente, es listo. Muy listo. Y sabe que la mejor manera de desestabilizar al enemigo es seguir jugando como lo ha hecho hasta ahora. Cada día mejor. Y, sobre todo, intentar mantener la calma cuando es tratado con tanta injusticia. Cuesta. Mucho. Pero es la mejor defensa ante los crueles y despiadados ataques. De sus múltiples (y poderosos) enemigos.