Misterios sobre la pistola del derbi

Leo Messi es el líder del Barcelona

Leo Messi es el líder del Barcelona / AFP

Pere Mas

Pere Mas

No hay duda de que el futbolista es la suma de su calidad más su mentalidad. La fórmula no entiende de porcentajes que garanticen el éxito: hemos visto talentos maravillosos que se han perdido en la nada y jugadores que apenas destacaban convertidos en estrellas del balón. A nivel grupal, no siempre los mejores futbolistas conforman el mejor equipo y como tenemos tantos ejemplos en la historia del fútbol, no hace falta profundizar más. ¿Piernas o cabeza? ¿Qué es más importante en este momento de la temporada?

El Barça ha jugado ya 55 partidos desde que el 14 de agosto se estrenara en Sevilla (0-2) en la ida de la Supercopa de España. El Madrid, que empezó cinco días antes también ante el cuadro de Sampaoli en la Supercopa de Europa, lleva dos menos, 53. Son muchos minutos en las piernas de los futbolistas a los que hay que sumar los que la mayoría han acumulado defendiendo a sus selecciones. Lo dejaremos en 55 a 53. En este instante, en la hora de la verdad, en 22 días desde el último partido hasta que se cierre la Liga, el Barcelona solo jugará tres encuentros -por orden, Villarreal, Las Palmas y Eibar- mientras el Madrid deberá lidiar con seis partidos -Atlético (Champions), Granada, Atlético (Champions), Sevilla, Celta (partido de la jornada 16) y Málaga. O sea, el Barça deberá ponerse las botas cada siete días mientras que su rival, cada tres. Notable diferencia. ¿Habrá suficiente oxígeno para todos? En el caso del Barça, no hay dudas. Para tres encuentros, el equipo de gala. Semanas limpias para descansar y para preparar los partidos. Tres de tres porque si los de Luis Enrique no cumplen no tendrán derecho a soñar. ¿Y el Real Madrid? Físicamente los jugadores están preparados para esos seis partidos. Y en el caso de los de Zidane, todavía más, ya que la segunda unidad ha demostrado sobradamente que da rendimiento.

Sin embargo los blancos, además de piernas, deberán superar el desgaste psicológico de los partidos de semifinales de la Liga de Campeones. Es evidente que el Barça cambiaría los papeles (en las dos competiciones) pero la realidad del calendario dificulta el camino de los de Zidane. ¿Cómo afectaría una eliminación ante el Atlético de Madrid en Champions? ¿Y cómo, la clasificación para la final? En esto tampoco hay teorías infalibles.

Donde sí las hay es en el camino hacia la gloria. Y el Barça lo sabe: cuidar los detalles para no equivocarse y jugar con concentración. Leer bien los momentos para acelerar o para controlar el juego. Atrás, escuchar a Piqué. Juntar a Sergio y Messi para gobernar el juego. Riesgo cero con pases horizontales. Ayuda del tridente en fase defensiva y contundencia en el área rival. Y sin tonterías con las protestas arbitrales. Intensidad. Ambición. Fe. Y, lamentablemente, una tele para ver los partidos del Real.