La mejor sede es el Camp Nou

La grada no se llenó en el Camp Nou para ver cómo el equipo llegaba a la final de Copa

La grada no se llenó en el Camp Nou para ver cómo el equipo llegaba a la final de Copa / Javi Ferrándiz

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça pidió el Bernabéu para la final de Copa, tiró la caña y el Madrid picó deliciosamente el anzuelo, una vez más. Forma parte de la tradición que el Barça llegue a la final de una Copa del Rey en la que el Real Madrid ha caído eliminado. Forma parte de la tradición que el campo mejor situado para acoger la final (por equidistancia, capacidad y servicios) sea el Bernabéu. Forma parte de la tradición que el Barça pida este estadio. Y forma parte de la tradición que el Madrid se niegue a albergarla, pero nunca diciéndolo a la cara sino siempre usando subterfugios infantiles. Lo que es sorprendente es que, un año más, el Barça ha logrado maniobrar para dejar al Madrid en evidencia y el Madrid no ha podido hacer nada para evitarlo. Porque lo que es grotesco no es que el Madrid no quiera que el Barça levante un trofeo más en su estadio, sino que no lo diga. Y lo que no es grotesco, sino directamente cómico, son las excusas que se esgrimen para evitar la final sin mostrar la verdadera razón de la negativa. Ayer, el rey Florentino volvió a quedarse desnudo cuando, preguntado por Sebas Guim, de TV3, sobre la final de Copa, se le escapó un sincero: “¡Ni de coña!”. El resultado es que gana el Barça, porque vuelve a quedar claro que las obras del Bernabéu son los padres. Una vez descartado el estadio blanco, la pregunta ahora es: ¿cuál es el mejor sitio para la final? El Alavés propuso de entrada San Mamés, pero está ocupado el día de la final. Parecía que el Calderón era el mejor situado, puesto que era una manera de homenajearlo en su último partido, pero la afición rojiblanca empieza a oponerse públicamente a esta idea. Ante el bloqueo, ayer el propio Alavés abrió una nueva vía y se mostró dispuesto a celebrar la final en el Camp Nou, sin duda la mejor sede si el equipo rival lo acepta. Es una magnífica idea, porque no hay estadio mejor preparado para acoger un gran acontecimiento. Y la jugada, un año más, acabaría saliendo redonda: el Madrid queda en evidencia y el Barça jugaría en casa. Gracias, Florentino.