El mastodóntico reto del Barça

Bartomeu pide diálogo

Bartomeu pide diálogo / EFE

Toni Frieros

Toni Frieros

Neymar. Para lo bueno y para lo malo, siempre Neymar. La influencia que ha tenido el jugador brasileño en la historia reciente del FC Barcelona, dentro y fuera de los terrenos de juego, ha sido abrumadora... hasta el punto de que, sin estar ya en el Camp Nou, el abono de su multimillonaria cláusula de rescisión de contrato va a exigir y a obligar al club, a corto plazo, a realizar un esfuerzo económico nunca visto.

Recapitulemos. El fichaje de Neymar acabó en la Audiencia Nacional y, como consecuencia de las imputaciones que hubo, se produjo la última gran crisis de la junta directiva. Dimitió Sandro Rosell, accedió a la presidencia Josep Maria Bartomeu, y se anunciaron elecciones 

anticipadas.

Para evitar responsabilidades penales por presunto delito fiscal en ese fichaje, se pactó con la Fiscalía y la Abogacía del Estado abonar una multa millonaria a cambio de que Sandro Rosell y Bartomeu quedaran exonerados... no así el club como entidad jurídica, que asumió la comisión de dos delitos fiscales.

Estando todavía el ‘caso Neymar’ en la Audiencia Nacional por la querella de la empresa DIS, llegó la ‘tocata y fuga’ del brasileño al PSG, milimétricamente estudiada por él y su padre para, en el colmo de la avaricia, pretender quedarse con todo el dinero de la prima de renovación cuando ya sabían que acabarían en París.

El pánico en el que entró la entidad por su marcha a Francia, la presión del entorno y también de las fuerzas vivas del interior, pasaron factura provocando las ‘dimisiones’ de Albert Soler y Raúl Sanllehí.

Pero aún hay muchas más consecuencias. Y son de verdadero vértigo. La salida de Neymar, los 222 millones que abonó el PSG por su cláusula escapatoria, ha dejado en las arcas del club azulgrana un beneficio neto de 154, una vez deducida la amortización anticipada de su contratación y los 44 millones ‘congelados’ (provisionados) hasta que se resuelva el litigio entre ambas partes. Que esa es otra arista de su paso por el Barça. Neymar exige los 26 millones del bonus de renovación y el club le ha dicho que eso tendrá que ordenarlo un juez.

Por lo tanto, los 154 millones de euros han ido a parar directamente a la caja del FC Barcelona, lo que le ha permitido elevar la masa salarial del primer equipo en concepto de renovaciones y primas. Hasta el punto de que esa masa salarial se ha disparado de forma peligrosa: representa el 84% del negocio ordinario de la temporada actual, cuando el indicador máximo de seguridad se sitúa en el 70%. El FC Barcelona está obligado a volver a esa franja.

El club ha previsto unos ingresos de 897 millones de euros para este ejercicio, empujado por la inyección de dinero dejado por Neymar. El problema podría venir después, a partir de la temporada 2018-19. ¿Podrá superar el Barça esos 897 millones ‘solo’ con el ejercicio de su actividad ordinaria? A día de hoy parece una empresa muy difícil que, eso sí, exigirá a todos los departamentos de la entidad a buscar dinero debajo de las piedras, porque con el nuevo contrato de Nike, Rakuten, mejores derechos de televisión y fijos de la UEFA no alcanza. Hay que encontrar nuevas vías de ingresos. El Plan Estratégico ya preveía alcanzar los 1.000 en 2021, pero el ‘caso Neymar’ adelantará la llegada a esa cima.