Un mal día para apostar de salida por el 3-4-3

Jordi Alba, en el banquillo del Camp Nou

Jordi Alba, en el banquillo del Camp Nou / beIN LaLiga

Pichi Alonso

Pichi Alonso

 De entrada hay que dejar claro que el cambio de sistema táctico decidido por Luis Enrique vino dado por una serie de problemas que se le presentaban al equipo barcelonista cuando se enfrentaba a rivales que tenían un comportamiento valiente a la hora de presionar muy arriba a la defensa blaugrana.

Esa presión alta en el momento de sacar el balón jugado desde atrás fue uno de los principales motivos por los que apareció el 3-4-3 y Luis Enrique aparcó el habitual 4-3-3. El problema era que el equipo se mostraba incómodo y dubitativo, y se producían excesivas pérdidas de balón que no permitían participar a los centrocampistas. Recordando esas circunstancias, tengo la sensación de que la Juventus no planteará el partido de ida con la idea de presionar arriba al Barcelona. Ni muchísimo menos. No veo al técnico de la Juventus, Massimiliano Allegri, asumiendo el riesgo de ordenar una defensa muy adelantada y probablemente vulnerable ante la velocidad de Neymar y compañía. En consecuencia, para mí no hay motivos para que el Barcelona apueste por una defensa de tres jugadores.

Más efectivos en el centro. Otro de los motivos por los que Luis Enrique se inclinaba por la variante táctica del 3-4-3 era para tener más efectivos en el centro del campo, pero eso puede suceder igualmente con el 4-3-3 si el mediocentro se incrusta en la defensa a la hora de sacar el balón jugado desde atrás –el encargado de hacerlo es Busquets, pero su sanción le impedirá jugar y es probable que su función la realice Javier Mascherano– y se adelantan los laterales al centro del campo, formando así una línea de cuatro hombres, junto a Andrés Iniesta e Ivan Rakitic. Si a eso le sumamos que Messi acostumbra también a bajar a recibir, en la franja central se pueden acumular hasta cinco efectivos. Ese es otro motivo que hace innecesario utilizar la defensa de tres jugadores en Turín.

La sanción condiciona. La baja de Busquets es un motivo fundamental a la hora de tomar una decisión en un sentido o en otro. El centrocampista catalán es el mejor de su equipo tácticamente hablando, porque es el que realiza la mejor lectura del juego y es el que sabe la zona que debe ocupar en todo momento, tanto defensiva como ofensivamente.

Si lo lógico sería cubrir la ausencia de Busquets con Mascherano, eso dejaría huérfana la defensa de tres. Hay que recordar que cuando ha funcionado el 3-4-3 ha sido con Mascherano, Piqué y Umtiti como trío de centrales. No vemos de nuevo a Jordi Alba jugando como central zurdo, como sucedió en el partido de Liga contra el Celta disputado en el Camp Nou, ante jugadores como Mandzukic o Higuaín, ni tampoco creemos que el elegido sea Mathieu, ya que probablemente no tenga la confianza necesaria tras el partido que jugó en Málaga.

Desgaste físico. El problema de jugar con tres defensas en el partido de vuelta ante el París Saint-Germain es que obligó a realizar una presión alta a Messi, Luis Suárez y Neymar, y eso requiere un gran esfuerzo físico. El Barcelona afronta una eliminatoria a doble partido contra la Juventus. Es decir, son 180 minutos y se trata de no correr riesgos. Sólo debemos recordar que en la vuelta ante el PSG, después del 3-0, el equipo de Unai Emery marcó gracias a Cavani y dispuso de una gran ocasión que desperdición Di María. Ese el riesgo de presionar muy arriba. Por ese motivo yo no veo hoy la necesidad de apostar por ella, tratándose del primer partido de la eliminatoria. La idea siempre es asumir los menores riesgos posibles y tratar de no regalarle nada a la Juventus. Con el 3-4-3 le regalas espacios a un rival que jugará con dos laterales muy ofensivos, como Dani Alves o Lichtsteiner por la derecha, y Alex Sandro por la izquierda, y que cuenta con un jugado como Dybala.

Riqueza táctica. La Juventus es un equipo con una gran riqueza táctica. Cuando llegó Allegri cogió el testigo de Conte y siguió apostando por una defensa de cinco, aunque poco a poco ha recurrido a su ideario y habitualmente utiliza el 4-2-3-1 o el 4-4-2, sin renunciar a lo largo de los partidos o en circunstancias concretas al 5-3-2. El punto fuerte de la Juventus es su estructura defensiva, con Bonucci y Chiellini destacando como la mejor pareja de centrales de Europa. También ha sido un descubrimiento ver a Pjanic realizando las funciones de mediocentro defensivo, ya que en la Roma ejercía de mediapunta. El jugador bosnio se coloca por detrás de Khedira y se queda mucho más retrasado. La presencia de Buffon bajo los palos también es una garantía. Además de experiencia, se trata de un espléndido guardameta. El peligro ofensivo lo ponen Higuaín, a quien se acusa de no marcar en los grandes partidos, y Dybala, un chaval con mucha calidad, aunque aún es precipitado designarle el sucesor de Messi. Allegri dará más importancia a no encajar goles y no verá con malos ojos un 0-0.