Luis Enrique juega, arriesga y gana

Luis Enrique acertó

Luis Enrique acertó / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

Confirmado: el Barça sigue en ascenso y dispuesto a comerse todo lo que le pongan por delante. En Ipurúa se encontró un Eibar rocoso que le discutió el dominio en la primera media hora y tuvo que sobreponerse a una lesión de Busquets, tras una durísima entrada de Escalante, que no fue sancionada ni siquiera con una falta. Pero cuando un equipo está en racha, todo va cuesta abajo: el Barça salió airoso de un encuentro que empezó siendo una emboscada y terminó como una fiesta, básicamente porque apareció un todojugador llamado Messi, que tanto marca como asiste como regatea como templa, en función de lo que pide el encuentro a cada minuto. El enésimo recital de Leo fue acompañado por un gran derroche de Suárez y otro gran partido de Neymar, que marcó de jugada para certificar que su mejor versión ha llegado para quedarse.  

EL BARÇA SE DIVIERTE. Lo mejor de este Barça recompuesto que parece haber superado su peor momento no es que gane partidos ni que marque muchos goles sino algo mucho más peligroso para sus rivales: que vuelva a divertirse. Las sonrisas de los jugadores, las ganas de Messi de jugar y pasárselo bien, la motivación de todos incluso con el marcador resuelto, son un mensaje letal a los dos equipos que todavía tiene por encima en la clasificación pero por debajo en el estado de ánimo. Y mientras el Barça se divierte, el Madrid sufre. Los vasos comunicantes han vuelto a invertirse: ahora los blaugranas se recrean en su felicidad mientras los blancos navegan entre dudas.

EL LABORATORIO DE LUIS ENRIQUE. Queda claro que Luis Enrique juega al gato y el ratón. En Ipurúa volvió a desafiar todas las previsiones, y se marcó dos sorpresas mayúsculas en el once inicial a cual más sorprendente: Mathieu de central, tras más de tres meses sin jugar, y Arda de interior izquierda, cuando ya creíamos que solo le utilizaría de extremo. Las dos le salieron muy bien, así como la feliz entrada de Denis, que logró el gol que abrió la lata y la reaparición de un solvente Aleix, lo más parecido a una resucitación. El entrenador azulgrana ha convertido este enero en un sofisticado e imprevisible laboratorio de dosificación. Su misión es no repetir los errores de la pasada temporada y llegar fresco al decisivo marzo. De momento va muy bien encaminado: por eso ayer fue el auténtico ganador del partido.