Lucho, Valverde, Gerard y el filial legends

Luis Enrique Martínez fue el último entrenador del filial del FC Barcelona en desatar la euforia tras un ascenso. Fue en la temporada 2009-10. Este domingo Gerard López puede repetir la escena en el Mini...

Luis Enrique Martínez fue el último entrenador del filial del FC Barcelona en desatar la euforia tras un ascenso. Fue en la temporada 2009-10. Este domingo Gerard López puede repetir la escena en el Mini... / FC Barcelona

Jordi Costa

Jordi Costa

Es obvio que sin la complicidad del entrenador del primer equipo, no hay nada que hacer. Y con Luis Enrique no la hubo. El asturiano quiso que el Barça mayor y el filial fuesen compartimentos casi estancos. Un ejemplo evidente de esta disfunción ha sido la dicotomia Palencia-Nili que acabó con Digne y André Gomes ejerciendo de improvisados laterales derechos en el primer equipo. Pero ojalá fuera sólo Luis Enrique el problema del ascensor blaugrana, porque con su marcha y la llegada de Valverde todo estaría solucionado. 

En los últimos tiempos se ha convertido en un mantra que en La Masia ya no hay talento, y no es cierto. Lo demuestran los títulos que ha cosechado el fútbol base durante la temporada y, sobre todo, que equipos de toda Europa vienen a pescar constantemente en aguas de Sant Joan Despí. El problema es la (mala) gestión de ese talento por culpa de la parte superior de la estructura, que ya hace tiempo que falla.

Lo digo porque les van a vender el ascenso del Barça B como un éxito de La Masia cuando en realidad sólo lo es, y enorme, de los integrantes del filial. A lo sumo, se trata de un éxito estratégico para acortar el salto entre el segundo y el primer equipo, pero nada que demuestre que la pirámide formativa funciona bien.

Es intolerable que la continuidad de Gerard se fundamente en la consecución del ascenso, cuando su trabajo debería valorarse por su aptitudes formativas. Es increíble que Cucurella, un lateral izquierdo con pinta de ser escandalosamente mejor que Digne, haya tenido que esperar a consolidarse en el filial por la lesión de un compañero -Moi- que jamás va a llegar arriba. Algo parecido sucede con Fali, un medio aguerrido, la antítesis del estilo Barça, que llegó al B con 22 años porque ya se sabe que la Segunda B es para hombres y no para niños. Y luego está el caso de Alfaro, un extremo de 25 años en el filial. Sólo falta que el año que viene inscriban a un Barça Legend para aportar experiencia en Segunda.

El último en marcharse es Eric García, un central con un futuro aparentemente espectacular. ¿Se va por pesetero o porque han fichado para el Juvenil A un uruguayo que -dicen los que saben- no es mejor que él? ¿O porque el filial fichó a un central de 23 años?

Estoy seguro de que Valverde tendrá más sentido de club que Luis Enrique en lo que a la cantera respecta, y que su química con Gerard será mejor, pero es mala idea echarles la culpa sólo a los entrenadores cuando el problema es estructural.

Deulofeu no tiene quien le llame

Ados días del límite del plazo, solo una cosa parece clara en el caso Deulofeu: el Barça ejecutará la cláusula que le permite repatriar al de Riudarenes por 12 millones, mientras el chico evita pronunciarse hasta que finalice la Euro sub-21, como si quisiera ganar tiempo.

El Barça tiene derecho contractual sobre un futbolista con un valor de mercado superior, y busca un extremo que no va a encontrar por un precio asequible. Lógico que lo quiera, y más ahora que el Borussia Dortmund le ha cerrado la puerta a Dembele. A Valverde le vendría perfecto disponer de un extremo desequilibrante como Deulofeu, pero no consta que el Txingurri le haya llamado para convencerle, haciéndole saber que no se lo va a cargar como hizo Luis Enrique.

Y de ahí nacen las reticencias lógicas del jugador. Después de pasar por el Everton y el Sevilla, sólo ha encontrado continuidad en el Milan, y no quiere volver al banquillo. Porque tiene 23 años y porque tiene esperanzas de ir al Mundial de Rúsia de la mano de un Lopetegi que siempre ha confiado en él. ¿Tendría sentido que regresara a la sombra del tridente si nadie en el Barça le dibuja una hoja de ruta factible? Deulofeu no puede vetar su recompra, pero sí impedir que le utilicen para hacer caja y acabar quién sabe dónde. Y así pasan las horas, se agota el plazo y el Barça puede quedarse sin extremo.