Leves síntomas de esperanza

Luis Suárez celebra el gol del Barcelona

Luis Suárez celebra el gol del Barcelona / sport

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El Barça ofreció leves signos de mejora en la segunda parte del clásico. Después del gol de Luis Suárez. Y, sobre todo, a partir de la entrada de Iniesta. El Barça empezó a parecer reconocible desde el momento en el que el centrocampista de Fuentealbilla tomó el mando del partido. La duda que me queda es saber si con Iniesta de titular, el signo del primer periodo (y del encuentro) hubiera sido distinto. Como eso, por supuesto, no lo podemos saber, el interrogante se mantiene. Pero nos queda la leve esperanza de que el Barça, a partir de ahora, va a jugar mejor. Y se parecerá, un poco, al Barça que todos añoramos. Son, hay que reconocerlo, ligeros síntomas. Que, por supuesto, quedaron empañados por el resultado final. Pero, al menos, es algo a lo que ahora podemos agarrarnos. Una pizca de optimismo que nos permite observar el futuro con cierta esperanza. También porque peor no se puede estar...

Queda mucho camino por recorrer. Muchísimo. Y perder dos puntos con el Madrid en el Camp Nou no ayuda. Pero se trata de pensar que este Barça, que ha ganado cinco grandes títulos en dos temporadas, tiene que reaccionar en algún momento. Y que el empate del clásico, aunque duela (y mucho), es el punto de partida para la recuperación. El regreso de Iniesta debe ayudar mucho en este sentido. Con poco más de media hora volvió a demostrar que es imprescindible. Lo cual es bueno teniendo en cuenta su vuelta. Pero también es muy malo porque dice muy poco de todos sus hipotéticos sustitutos. Que Iniesta sea insustituible engrandece la figura del centrocampista manchego al mismo tiempo que genera un salto al abismo ante su ausencia. Presente y futura. Porque ha quedado demostrado que, para jugar como sabe y debe hacerlo este Barça, se necesita a Iniesta. Habrá que inventarse un relevo. O clonarlo...