Las vacaciones envenenadas de Bartomeu

Josep Maria Bartomeu, presidente del FC Barcelona

Josep Maria Bartomeu, presidente del FC Barcelona / Valentí Enrich

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Josep Maria Bartomeu se ha escapado unos días de vacaciones con la familia. Las necesitaba. Acaba de vivir el mes más convulso y envenenado de su presidencia. Un mes cargado de problemas extradeportivos que afectan tanto al presidente como a la persona. La sola enumeración de los hechos pone de relieve que el cargo es poco menos que un potro de tortura cuando se precipitan acontecimientos negativos. En un mes, desde la final de Copa, el club ha sufrido todos estos contratiempos:

1.- La Audiencia desestima la Acción de Responsabilidad interpuesta por el Barça contra la junta de Laporta. El club decide dar por cerrada la demanda y no recurre al Supremo. Sin quererlo, la junta de Bartomeu resucita a Laporta, que sale victorioso del pleito.

2.- Benedito anuncia que está dispuesto a emprender una moción de censura contra Bartomeu. Un gesto de cara a la galería que en nada beneficia a la imagen del Barça.

3.- Prisión incondicional para Sandro Rosell, acusado de liderar una organización criminal destinada al blanqueo de capitales. Bartomeu acusa el golpe cuando se entera que el sumario tiene 10.000 folios e incluye seis horas de grabaciones.

4.- La FIFA revela el ‘informa Garcia’ sacando a la luz la investigación sobre la adjudicación del Mundial de Qatar. Sandro Rosell queda señalado en dicho informe, ya que denuncia que cobraba 2.000 dólares al día por asesorar a Qatar.

Si a todo esto le añadimos los pleitos judiciales abiertos que tiene el club, en especial del ‘Caso Neymar II’ y la denuncia de irregularidades en la Fundación Messi, entenderán los motivos por los que el presidente del Barça está preocupado aunque lo disimule con su forzada sonrisa. Bartomeu estaba preparado para dirigir un club que busca la excelencia deportiva, pero lo que no podía esperar es que le llovieran una serie de problemas de los que no siempre es culpable pero le toca asumir la responsabilidad. Las consecuencias del ‘caso Rosell’ son imprevisibles pero hay motivos para pensar que pueden salpicar al Barça. Pasado el verano comenzará en Nueva York el juicio del FIFAGATE donde Rosell y Teixeira estarán en el ojo del huracán. El Departamento de Justicia de los Estados Unidos tiene un documento de 1.300 páginas del que pueden salir condenas penales.

Con la tormenta que cae sobre Qatar a todos los niveles, el Barça haría bien intentando quedar al margen. El contrato de patrocinio de las camisetas, que el club entregó por decisión propia a la policía judicial española sin que nadie se lo hubiese pedido, sería bueno que lo conocieran los socios para despejar dudas y descartar rumores maliciosos. Un contrato que caducó precisamente ayer y que por tanto ha dejado de ser confidencial. Hay que despejar incógnitas que bajen el listón de las suspicacias. Si Rosell cobró como asesor de Qatar mientras era presidente del Barça es una incompatibilidad manifiesta ante la que el que el club tendría que actuar. Bartomeu, por encima de amigo, en este caso es presidente del Barça. Si no aclara los puntos turbios corre el riesgo de quedar atrapado y comerse unos ‘marrones’ de los que no fue protagonista.