Las extrañas decisiones de Luis Enrique

Aleix Vidal ya no sabe a qué atenerse. Solo cuatro días después de haber recibido los elogios de Luis Enrique tras su gran partido (con gol incluido) ante Las Palmas, vuelve a quedar fuera de una convocatoria. La temporada del lateral está siendo una auténtica montaña rusa. De consecuencias imprevisibles. Porque ha pasado de estar, prácticamente, fuera del club a ser titular. Y viceversa. Al futbolista ya no le queda más remedio que resignarse a su suerte. O, mejor dicho, a su mala suerte. Porque yo creo que ha demostrado, sobradamente, que está preparado para jugar en el Barça. Y que se merece, como mínimo, estar en el banquillo. Porque Aleix Vidal no es tan malo como nos han querido vender. Como Luis Enrique nos ha querido vender. Pero ya está claro que, por mucho que haga, por muy excelso que sea su rendimiento, no va a ser nunca un futbolista del agrado del entrenador. Y su futuro, si sigue el técnico asturiano la próxima campaña, está lejos del Camp Nou.

Resulta difícil, por no decir imposible, interpretar algunas de las decisiones de Luis Enrique. Y no hablo solo de Aleix Vidal. En estos momentos hay otro damnificado en la plantilla que se llama Ivan Rakitic. El croata era intocable y ahora se antoja prescindible. Solo ha sido titular en dos de los últimos nueve partidos. Ha pasado de jugar el 72 por ciento de los minutos al 40 por ciento. Y André Gomes le ha ganado el terreno en las preferencias del entrenador. Todo ello, evidentemente, sin ninguna explicación de por medio. Como Aleix Vidal. Por supuesto que el técnico puede poner y quitar a quien le dé la gana, que por eso es quien manda. Pero los futbolistas, aunque a veces no lo parezca, también son personas. Y en la gestión de las personas es importante, trascendental, explicar las decisiones que se toman. Por muy duras que sean. Por muy injustificables que parezcan.