Yo vi jugar a Leo Messi

Dembélé, abrazado a Messi

Dembélé, abrazado a Messi / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

Los que ayer tuvieron el privilegio de ir al Camp Nou una vez más pudieron decir, al terminar el partido, la frase “Yo vi jugar a Leo Messi”. Porque lo cierto es que los contemporáneos de Messi explicaremos esta era como la suya exclusivamente y ya con la perspectiva del tiempo tomaremos conciencia de la suerte que tuvimos de coincidir con él en el tiempo. Si no fuera Messi, la portentosa exhibición de ayer sería catalogada de histórica y habría algún titular del tipo “Lo nunca visto”. Pero tratándose de él, es sencillamente una página más de esta obra irrepetible y larguísima que escribe a cada partido.

Lo divertido de Leo es que está en permanente mutación y cualquier explicación que lo defina caduca al instante, puesto que cuando es comprensible para el resto de los humanos, él ya se ha ido a un nuevo planeta a adoptar otro perfil. La temporada pasada se decía que Messi hacía de Messi y de Xavi. Ayer le vimos hacer de Messi, de Xavi y de Neymar y hasta de Suárez, quizás porque es capaz de ir llenando las ausencias y adoptando su juego. No hay hueco que no tape Leo porque no hay ninguna faceta del juego que se le resista. El ascendente que ejerce Messi es tan brutal que obliga a replantearse no solo lo que vemos sino también lo que hemos visto: ya sin Neymar, su actuación deslumbrante de ayer invita a pensar que el tridente, este emblema que marcó el Barça los últimos años, quizás no existió. O lo que es lo mismo: el tridente era Messi.

Lo más increíble de este jugador irrepetible es que a sus 30 años explora todavía sus propios límites y una vez más se dispone a entrar en terreno desconocido: ¿hasta dónde llegará este extraterrestre? Solo lo sabe él, nadie más es capaz de predecir cuál será su siguiente estación intergaláctica. Es inevitable que este dios del fútbol provoque algún daño colateral, como por ejemplo, eclipsar el extraordinario momento de forma de Iniesta, que desmiente a los que lo quieren jubilar, y las grandes sensaciones que transmitió Nelson Semedo, que contradice a quienes dudaban de él antes de tiempo. En cualquier caso, esto es lo que queda del partido de ayer: “Yo vi jugar a Leo Messi”.