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La inteligencia

Messi se estrenó este sábado contra el Leganés. Ya suma 66 víctimas

Messi se estrenó este sábado contra el Leganés. Ya suma 66 víctimas / sport

xavi torres

Lo de Messi no tiene nombre. Para que no haya dudas –así de entrada-, nada sería igual sin el 10. Lo de Leo, Neymar y Suárez es una fiesta del fútbol permanente. Una cosa de locos. Una exhibición individual espectacular y una conexión colectiva de ensueño. En siete partidos, 17 goles (8 de Messi, 7 de Suárez y 2 de Neymar) y 9 asistencias entre ellos. Una sonrisa permanente. Un regalo para el fútbol.

Esta situación, sin duda paradisíaca para el barcelonismo (en esencia, lo importante es que gane el club), dibuja un escenario que deja en extraordinario lugar al resto de los futbolistas de la plantilla. Desde luego, los 19 jugadores restantes están encantados, por lógica, de contar con Messi y las otras dos bestias: con ellos ganan prestigio y dinero. Sin embargo, a estos niveles, ¿por qué tantas veces esto no es o no ha sido suficiente? El factor ‘ego’ acostumbra a reventar grandes proyectos. Y la historia del fútbol está llena de ejemplos...

Equipo que tu jamás salgas en las portadas, que las flores siempre se las lleven otros, que tengas que correr para la gloria ajena... no siempre se recibe bien. Sobre todo cuando tu también eres una estrella. Porque casi cada elemento del Barcelona es un gran jugador: Piqué es el mejor central del mundo; Sergio, el mejor medio centro; Iniesta, uno de los más grandes y talentosos futbolistas del planeta; Rakitic, el líder de Croacia; Gomes, campeón de Europa con Portugal; Alba, de todo con España... y así hasta el último de los dueños de las taquillas de ese sagrado vestuario. Madurez. 

El conflicto de egos lleva tantas veces a la envidia y al mal rollo que a menudo se traduce en un descenso del rendimiento individual que, por supuesto, afecta al del grupo. Y esto solo se supera con inteligencia. Si me permiten, ésta es la principal cualidad de este grupo: un comportamiento sabio ante la evidencia de que Messi es dios y que con Neymar más Suárez la vida es más sencilla. Ser un gran jugador y comportarse como un gregario necesita de una mentalidad de crack. Y solo con inteligencia se llega a esta conclusión