La hemorragia del lateral

Aleix Vidal, jugador del FC Barcelona

Aleix Vidal, jugador del FC Barcelona / Valentí Enrich

Ernest Folch

Ernest Folch

La soberbia actuación de Dani Alves el pasado miércoles contra el Mónaco no pasó desapercibida para el barcelonismo. Hay que recordar, aunque duela, que el lateral brasileño se fue gratis y regalado a un competidor directo en el torneo más importante, y que se plantará con todo merecimiento en la final de la Champions después de haber eliminado al Barça en persona. El balance ya es cruel por sí mismo, pero lo es todavía más si además ponemos encima de la mesa lo que ha sucedido en la banda derecha blaugrana esta temporada. La marcha de Alves propició una supuesta lucha por la titularidad entre Aleix Vidal y Sergi Roberto que se decantó a favor de este último a pesar de que no era su posición natural. La aventura del jugador de Reus en un sitio no querido ha servido sin duda para propiciar su explosión, pero ha quedado claro que su lugar natural en los próximos años va a ser en el medio campo. Aleix Vidal vivió en unas extrañas montañas rusas en las que ha pasó de un misteriosos ostracismo todavía pendiente de explicar a una semititularidad, que se truncó con una desafortunada lesión, pero su periplo ha sido tan estrambótico que todavía no sabemos cuál era su rol en la plantilla. La cuestión es que el lateral ha sido una de las grandes hemorragias por la que se ha desangrado el equipo esta temporada y la actuación de Dani Alves sirvió para recordarlo una vez más. Dicho de otra manera: de los polvos de aquella incomprensible renovación de Alves vienen ahora estos lodos. El fin de este episodio desafortunado, es decir, el cierre final de la hemorragia, solo puede ser fichar un jugador de garantías y tirar del filial, donde por ejemplo Sergi Palencia ha cuajado una muy buena temporada con el conjunto de Gerard López. El agujero negro de este año debe servir al menos para aprender la lección de cara al futuro.