El Halcón Milenario

Valentino Rossi

Rossi no se ha bajado del podio desde el inicio de temporada / AFP

Josep Lluís Merlos

Josep Lluís Merlos

Rossi, Valentino Rossi. Siempre él. 38 años. Y, cuando parecía que esta temporada lo tenía más crudo que nunca para llevarse su décima corona mundial, cuando más complicado estaba para meterse en la batalla entre los dos “protas” de la pretemporada, va y llega a la primera carrera europea, como líder del campeonato, como en 2015.

Busca una nueva victoria en tierra hostil, en Jerez –ni más ni menos-, en el templo más sagrado para sus enemigos. Es como un virus troyano que se ha colado para destruir a la bestia desde sus tripas.

Es como ese Halcón Milenario de las Fuerzas Rebeldes que se mete hasta las entrañas de la Estrella de la Muerte para reventarla. El Doctor hace tiempo que robó los planos del buque insignia del Imperio (español). Lo conoce muy bien; no en vano ha ganado aquí 9 veces: 7 en la categoría reina (seis en MotoGP), y otras dos entre 250 y 125 cc.

Han pasado 20 años desde la primera, y treinta desde que el trazado andaluz acogiera el campeonato del mundo por primera vez. Y en una carrera épica, la número 3.000 de la historia, Vale busca su victoria número 89 en la clase reina (la 115 de su palmarés), que ya son.

Rossi, Valentino Rossi. Sí, el de las patadas y codazos. O no. El que hemos admirado como piloto una y un millón de veces, y el que también hemos criticado en algunas ocasiones, cuando se quitó el casco. El que siempre juega en casa porque, incluso en Jerez –donde la afición no entiende de los colores de las banderas, sino del de los cascos- cuenta con esa legión que han multiplicado por millones los beneficios de su merchandising particular.

Los últimos cinco años hubo cinco ganadores distintos aquí. El pasado: Rossi, que dominó de principio a fin, saliendo desde la pole, casi humillando a sus rivales, en un reencuentro con la victoria en este escenario que no se producía desde 2009.

Valentino es el único piloto de la parrilla que ha estado en todos los podios de lo que va de año. Le ha pillado el gusto. ¿Y si ganara el mundial? Ay si lo hiciera.