El ganador se llama Ernesto Valverde

Valverde restó importancia a las ausencias de Aleix Vidal

Valverde restó importancia a las ausencias de Aleix Vidal / efe

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça logró una gran y sufrida victoria in extremis con sangre sudor y lágrimas, pero el ganador del partido se llama Ernesto Valverde. La intervención del entrenador blaugrana fue decisiva para darle la vuelta a un partido perro, que empezaba a parecerse peligrosamente a una de esas empanadas fatales que el equipo tuvo la temporada pasada y que acabaron por costarle la Liga. El Barça apareció lento y previsible en la primera parte, y apenas era capaz de acercarse a la portería del Getafe.

El entrenador blaugrana decidió volver a confiar en el once que le había dado tan buenos resultados las últimas semanas, con la sola y lógica aparición de Sergi Roberto, y sin embargo el equipo estuvo los primeros 45 primeros minutos embarrancado y sin ideas. Pero tras el descanso vimos por primera vez el Valverde intervencionista que no estaba dispuesto a quedarse cruzado de brazos ante el colapso de juego del equipo. Y el técnico blaugrana se arremangó y decidió tirar sin complejos de Denis y Paulinho. Es imposible encontrar un guión que le dé más la razón: el primero consiguió el gol del empate gracias a una acción individual de gran talento y el segundo, tras un gran pase de Messi, logró el tanto de la victoria con una jugada individual pletórica de fuerza y de fe en él mismo. Sin embargo, si Valverde sale reforzado del difícil ‘test’ ante el Getafe es por muchas más razones que los goles. Los cambios no produjeron únicamente el efecto de darle la vuelta al marcador sino que sobre todo cambiaron la tendencia del partido, dieron más velocidad y profundidad al juego y sirvieron para hacer tambalear el sólido muro que había construido el Getafe.

En cualquier caso, todos los movimientos que Valverde ha realizado en su sala de operaciones en este inicio de temporada muestran que el centro de gravedad del equipo ha basculado definitivamente de la delantera al centro del campo, y los goles de Denis y Paulinho lo ratifican. El tridente ha pasado a mejor vida y el Barça ha vuelto a llenar de operarios la clásica sala de máquinas. Valverde ha tenido la inteligencia de no formar un nuevo tridente, sino de reconstruir enteramente el concepto sobre el que se basaba este equipo. Puede que el primer damnificado de esta transformación profunda sea Luis Suárez, acostumbrado a estar arropado por Messi y Neymar, porque volvió a estar sumamente incómodo y fallón. Se avecina un nuevo reto para el entrenador: como encontrar un hábito en el que el ‘9’ del equipo vuelva a rendir a su máximo nivel. Lo que está claro es que en Getafe el Barça ganó tres puntos que pueden ser muy importantes y Valverde siguió sumando credibilidad.