Futbolistas rebeldes

Coutinho, en un partido con el Liverpool

Coutinho, en un partido con el Liverpool / sport

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Dembélé y Coutinho se han declarado en rebeldía. Cada uno a su manera. El francés no acudió el jueves al entrenamiento del Borussia Dortmund y fue sancionado por su club. El brasileño pidió ayer el ‘transfer request’ al Liverpool, que horas antes había negado cualquier opción de traspaso. Los dos futbolistas quieren venir este verano al Barça y están forzando la máquina para conseguirlo. Es una estrategia peligrosa pero que acostumbra a funcionar: los clubs deben acabar cediendo a las pretensiones de los jugadores. Nadie quiere tener a un crack a disgusto en su plantilla. Neymar hizo lo mismo para fugarse al PSG. Con una diferencia: en el fútbol español existen las cláusulas de rescisión. El Barça tendrá que negociar con el Borussia y el Liverpool para fichar a Dembélé y Coutinho. Los franceses ‘solo’ tuvieron que venir con un talón de 222 millones para llevarse a Neymar y romper el tridente.

Las cláusulas de rescisión se han vuelto en contra de los clubs de la Liga. Porque los jeques están dispuestos a pagarlas. Excepto las del Real Madrid. Florentino, en todos los nuevos contratos y renovaciones que ha llevado a cabo, ha introducido cláusulas inalcanzables: 1.000 millones para Cristiano, Bale y Benzema; 700 millones para Isco; 500 para Kroos y Modric y 350 para Marco Asensio. Nadie puede pagar estas cifras. El presidente blanco ha sido más listo que el resto de sus colegas y ningún crack del Madrid podrá fugarse si no es negociando un traspaso. De ahí que consiguiera nada menos que 80 millones de euros por Morata…

El Barça cuenta con el compromiso total y absoluto de Dembélé y Coutinho para forzar su salida. Aunque ambas operaciones serán más complejas de lo esperado. La rebeldía de los jugadores es, sin duda, buena para el Barça, pero mala como ejemplo de conducta. Está claro que en el fútbol ya no hay ningún valor que se respete. Solo el del dinero.