El fútbol es y debe ser una idea

Neymar, el rey del dribling, lleva los mismos goles que en su primera Liga con el Barça

Neymar, el rey del dribling, lleva los mismos goles que en su primera Liga con el Barça / EFE

Maite Antón

Maite Antón

 El momento de conocer al nuevo entrenador del FC Barcelona se acerca. Hay dudas, quizás demasiadas, teniendo en cuenta que Luis Enrique dio tiempo suficiente de margen para encontrar a su sustituto. Mucho se ha hablado de los requisitos que debe cumplir el nuevo jefe del banquillo blaugrana, aunque uno por encima de todos: el ADN Barça. Un condicionante que descartó, por ejemplo, que se valorara apostar por un técnico que rompiera con todo y diera aires nuevos, como hubiera sido Jorge Sampaoli. El argentino habría aportado un punto de locura y de riesgo al proyecto, que contrasta con un Robert Fernández más bien conservador. El secretario técnico del Barça no quiere experimentos en una elección tan importante.

Y en la línea continuista se sitúa Unzué. Comprensible, aunque no lo es tanto que el pamplonica se sitúe en la ‘pole’ siempre y cuando el Barça gane la Liga... por mucho que luego no se reconozca públicamente. Esta decisión no puede depender de los resultados o títulos logrados esta temporada, sino de estar convencido de que el actual ayudante de Lucho tiene los galones para liderar un equipo tan vertiginoso. Y, sobre todo, de si será capaz de recuperar la esencia del estilo de juego blaugrana. Y es que, más allá de la experiencia y de los títulos, al final se trata de una cuestión de estilo, de propuesta de juego, de filosofía futbolística. Porque el fútbol es y debe ser una idea. Una concepción muy ‘Menottista’, sí. Valverde, Pizzi, Eusebio o Koeman se erigen en otras opciones de futuro, cada uno con sus pros y sus contras, pero a buen seguro que uno se acerca más que otro a esa idea de fútbol que es el Barça. Ese debe ser el requisito innegociable.