No fue un error cualquiera

No fue una jugada más. Ni tampoco una jugada cualquiera. Fueron unos segundos que pueden marcar para siempre esta Copa. Fue un grave error arbitral, en un momento decisivo y que cambió el signo del partido y, quien sabe, si del torneo.

El escandaloso campo atrás de Sergio Llull contra Morabanc Andorra simplemente ha cambiado el guión de un torneo en el que el gran favorito estaba más fuera que dentro y, ahora, más fuerte que nunca tras estar al borde del precipicio. Estados de ánimo... ¡y qué importantes son en un torneo como la Copa!

¿Los árbitros son humanos? Sí. ¿Los árbitros cometen errores? También. ¿Deben ser sancionados por sus malas decisiones? Sin duda. Y ayer el mal posicionamiento de Hierrezuelo le imposibilitó ver con claridad una acción determinante en el devenir del partido. Quiero creer y pensar que simplemente no lo vieron. "¿Y si en vez de Llull hubiera sido Albicy? ¿Y si hubiese sido el Andorra y no el Madrid el que atacaba para empatar?", me comentaban unos aficionados andorranos al salir del Buesa Arena.

Personalmente, me niego a pensar en conspiraciones y malas intenciones porque ese día simplemente habré perdido la fe en el deporte pero en Andorra tienen todos los motivos y razones para sentir que algo más allá de lo que podían controlar con las consecuencias de sus propios aciertos y errores les ha impedido hacer historia. No hay mayor frustración que la de asumir que pudiste pero no te dejaron.