LA OPINION

El final que nos merecíamos todos

Josep Capdevila

No nos engañemos. Después de una temporada, llámenle ustedes como quieran, lo único cierto es que se llegaba al último partido de Liga jugando en casa. Si, contra el líder. Pero era una final en casa. No era necesario remontarle tres goles a ningún Anderlecht, Goteborg ni nada parecido. Valía un 1-0. Un día precioso en Barcelona. Un Camp Nou con un ambiente de lujo. Y a los 22 minutos, el rival que se quedaba sin dos de sus mejores hombres. ¿Mejor, imposible, no?

Pues no. Ni así el Barça ha sido capaz de ganar el partido que le daba el título de Liga. Ni así. En el último partido ha sido un equipo que no ha sabido jugar ni con el marcador a favor ni con el marcador en contra. Por que, como los malos estudiantes, los jugadores lo han dejado todo para el último día. Y si no estudias durante todo el curso, mal vamos.

Pero lo que ha pasado no ha sido, en mi opinión, nada más que el final de temporada que nos merecíamos todos: directiva, director técnico, jugadores, aficionados y medios de comunicación "culés".

La directiva es culpable, primero, porque el presidente quiso hacer de Director Deportivo. Y se equivocó. Porque ese no era su trabajo. Y cuando no hacemos nuestro trabajo, es más fácil que nos equivoquemos. Y con Rosell ya fuera del club, la directiva tampoco reaccionó cuando los problemas de este equipo eran más que manifiestos.

Zubizarreta es culpable. Porque él era quien tenía que haber avisado a la directiva de lo que estaba pasando con este equipo. Que no se trabajaba lo suficiente. Que había mucha fiestecita. Y "obligar" a Martino a cambiar su actitud, para que se lo tomara todo más en serio.

Martino es culpable. Supongo que muy pronto se dio cuenta de que este Barça, deportiva y extradeportivamente, le iba grande. Y decidió tomárselo con calma. Con demasiada calma, probablemente. No ha aportado nada a este equipo. Porque el conjunto ha ido de más a menos durante toda la temporada.

Los jugadores son culpables. Después de la máxima exigencia impuesta por Pep Guardiola y Tito Vilanova, decidieron que ya les iba bien una temporada relajaditos. Ya les iba bien no tener que trabajar mucho. Pensaban que con su calidad individual sería suficiente para seguir adelante. Pero no. Si te pasas todo un año sin practicar los mecanismos, sin buscar la intensidad necesaria, es muy difícil después recuperar todo eso.

La afición es culpable. Con razón o sin ella. Por las causas que sea, pero en más de un partido "dimitieron" de su responsabilidad de ir al Camp Nou, de estar al lado del equipo. No ha regresado al campo hasta el último partido. Y ya era demasiado tarde.

Y los medios de comunicación, los periodistas o como nos quieran llamar que formamos parte de ese llamado "entorno", también somos culpables. Porque, como siempre, hemos ido de un lado a otro según soplaba el viento. Ni hemos ayudado cuando podíamos hacerlo, ni hemos abierto los ojos a la gente cuando quizá también lo tendríamos que haber hecho.

Y al final ha pasado lo que no se puede decir que haya sido una injusticia. Por qué si nadie hace bien su trabajo es muy difícil que las cosas salgan bien. O sea que sería buenos que todos reconociéramos nuestra parte de culpa en todo lo que ha pasado y que la directiva, que son los que pueden tener la solución a los problemas, se ponga las pilas y, desde ya, empiece a hacer cosas para que la próxima temporada no se repita lo de esta.