La FIA dice que el halo "se queda" con todos

Halo en la F!

Halo en la F! / EFE

Josep Lluís Merlos

Josep Lluís Merlos

Durante la Segunda Guerra Mundial, Budapest estuvo sitiada casi dos meses en un asedio en el que murieron cerca de 40.000 personas. Las tropas alemanas volaron los famosos puentes de la capital magyar, que cruzan el Danubio por diversos lugares.

Este domingo, Lewis Hamilton se dispone a asestar un golpe de mano al liderato del campeonato que, de momento, ostenta Vettel con tan solo un punto de diferencia.

El británico es quien ha ganado más veces en el Hungaroring, cinco, por una solitaria victoria del alemán. Sin embargo, las características de esta pista podrían ser más favorables al Ferrari que al Mercedes, sobretodo si se dan las condiciones de calor extremo que se esperan, más amables con el trato que el coche de Maranello dispensa a los neumáticos. Hamilton sabe que, si quiere marcharse de vacaciones como líder, tiene que noquear a su rival en esta nueva edición de la Batalla de Budapest, y que Bottas le ayude en el empeño. Salir por ¡sexta vez¡ desde la pole aquí (lo que le situaría a una del record de siete que tiene Schumacher en esta pista), y hacerse ancho desde la salida en un trazado donde es difícil adelantar parece la estrategia más decisiva.

Hasta ahora, todo indicaba que la FIA y Liberty Media estaban unidos por unos sólidos puentes. Pero la decisión de la institución encabezada por Jean Todt de introducir el halo obligatoriamente a partir del próximo año, puede ser la rotura de esos nexos de unión que parecían tan fuertes. La empresa de Chase Carey está con los equipos, y nueve de los diez están en contra de la llegada de este elemento que, según los más puristas, transgrede la esencia de las carreras de monoplazas, aunque sea positivo para la seguridad.

Sorprende, y mucho, que hasta el momento Ross Brawn no se haya pronunciado al respecto, cuando la suya parece la opinión más cualificada del “lado contrario” al federativo. La batalla ha comenzado, y no sólo en las pistas, sino donde se usan las armas más sucias. La plaza de la Concordia, en París, -sede de la FIA- no hace honor a su nombre.