Examen con morbo para Luis Enrique

Luis Enrique, en rueda de prensa

Luis Enrique, en rueda de prensa / sport

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Vuelve el Barça a su campo maldito y vuelve Luis Enrique a enfrentarse a uno de sus clones de los banquillos, Eusebio Sacristán, entrenador de indudable ADN Barça. Entre ambos se pueden establecer curiosos paralelismos: los dos pasaron por el Barça B y por el Celta; uno, Eusebio, antes de coger al filial blaugrana y el otro, Luis Enrique, antes de dirigir al primer equipo del Barça. El asturiano, que siempre tuvo más glamour que el vallisoletano, fichó a lo grande por la Roma después de salir del Mini Estadi mientras Eusebio se ha ahorrado el paso por el Calcio y está triunfando este año en la Real Sociedad. Su cese del Barça B siempre tuvo un punto de misterio inexplicable, pues ahí la formación de futuros futbolistas siempre está por encima de los resultados y, en cualquier caso, el filial blaugrana no mejoró sin él en el banquillo y acabó bajando de categoría. Él no quería marcharse, era feliz en el fútbol formativo, pero, bien mirado, le hicieron un favor. Ahora es un entrenador cotizado y contrastado, tanto, que podría ser, perfectamente, un candidato al mismísimo banquillo del Camp Nou.

LA ÚLTIMA LECCIÓN. La cuestión es que la Real Sociedad se ha instalado en la parte alta de la clasificación con buen fútbol y hechuras del tiqui-taca blaugrana. No en vano, es lo que Eusebio vivió como futbolista y lo que enseña como entrenador. En San Sebastián están encantados con él, ya que entre otras cosas les rescató del tedio y el fútbol primitivo de aquel escocés, David Moyes, con el que iban directos al fracaso. Esta eliminatoria de Copa tiene el morbo de poner a dos entrenadores y dos estilos frente a su propio espejo. En el enfrentamiento de Liga, Eusebio le dio un repaso a Luis Enrique. Y ahora, Luis Enrique está obligado a demostrar que aprendió aquella lección. Esta noche, la Real no puede volver a sorprender al Barça con aquella presión asfixiante de mediocampo para adelante ni con la intensidad con la que se devuelvan sus jugadores ni con la movilidad de sus delanteros. Luis Enrique ha de tener un plan para desactivar lo que ya sabe que le fue mal hace menos de dos meses. Y si Eusebio inventa otros trucos, tendrá que reaccionar sobre la marcha. Es un examen frente a un entrenador que conoce muy bien al Barça, un examen difícil, especial, con morbo, pero tiene que superarlo. Después de tantos revolcones, caer otra vez en la trampa no tendría explicación y podría tener graves consecuencias.