La estrategia de Robert tiene mucho riesgo

Robert ha valorado el buen rendimiento de Alcácer y André Gomes

Robert ha valorado el buen rendimiento de Alcácer y André Gomes / Javi Ferrándiz

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Los fichajes a la antigua usanza son imposibles. Antes bastaba que dos presidentes se pusieran de acuerdo para que un traspaso llegara a buen puerto. Así de fácil. Ahora todo es mucho más complicado. Hay tantos millones en juego que aparecen buitres por doquier. La fórmula para fichar a un crack en cada caso es distinta, no se estudia en ESADE ni en ningún Master. Los jugadores imponen condiciones en forma de cláusulas y bonus que complican seriamente las negociaciones. Los agentes, antes llamados intermediarios, tienen cada día más poder ya que son como una mafia que impone un impuesto revolucionario. Los asesores jurídicos tienen la espada de Damocles de la Agencia Tributaria encima de la cabeza. Y los directores deportivos deben encajar los objetivos deportivos con el presupuesto económico. Poco menos que la cuadratura del círculo.

No les mareo más con retórica lingüística. Vamos al grano, a la problemática que vive el Barça para fichar a los jugadores que desea y necesita. La semana pasada destacamos que la estrategia que seguía el Robert Fernandez para contratar a Verratti tenía muchas dificultades ya que la decisión estaba en manos del jeque catarí Nasser Al-Khelaifi, un personaje que siempre ha tenido malas relaciones con el Barça. Por desgracia, continúan los negros nubarrones. El jugador quiere venir al Camp Nou, pero de momento choca con una muralla ya que el PSG se mantiene en su posición de no negociar el traspaso. El 4 de julio comenzaremos a salir de dudas. Si ese día el jugador se declara en rebeldía, señal de que va en serio. Si se incorpora a los entrenamientos, señal de que el show de Ibiza solo han sido bombas de humo que le servirán para mejorar su contrato. 

Con Dembélé sucede algo parecido que con Verratti. El acuerdo del Barça con el agente del jugador es total pero el Borussia se ha cerrado en banda hasta el punto de que el director deportivo, Michael Zorc, ha amenazado de que si insisten en negociar con el jugador, están dispuestos a denunciar el caso a la FIFA. Los alemanes son implacables cortando de raíz rumores y especulaciones. Hasta el 2018 no se plantearán la posibilidad de traspasar a su extremo francés. La opción Deulofeu gana enteros.

La estrategia que ha seguido el Barça de negociar con los jugadores a espaldas de los clubs tiene mucho riesgo ya que bordea la ley. Los jugadores con contrato en vigor, según normativa FIFA, no pueden recibir ofertas hasta seis meses antes de que finalice su compromiso. En algunos casos, la fórmula de que el jugador presione funciona porque hay clubs que para no tener un futbolista a disgusto, aceptan la venta como mal menor. Fue el caso de Mascherano cuando el Liverpool accedió a negociar. Pero el Borussia ya ha dicho ‘no’ y el PSG está en el mismo camino.

Reflexión final. Imaginen por un instante que el Manchester United, por poner un ejemplo, hiciera lo mismo que está haciendo Robert Fernández. Que negociara en privado con Neymar, que le ofreciera un contrato mejor y que le animara a forzar su traspaso. Seguro que al secretario técnico del Barça le parecería mal. Moraleja, no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti.