El 'estilo Barça' no es exportable

La prensa inglesa cargó contra el planteamiento de Pep Guardiola

La prensa inglesa cargó contra el planteamiento de Pep Guardiola / EFE

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Está tocado y hundido. Frustrado y triste. Conociendo el espíritu ganador de Guardiola y su ambición perfeccionista, estamos convencidos de que lo está pasando fatal. El técnico que ha ganado dos Champions y ha llegado cinco veces a las semifinales, ha sufrido el varapalo de caer en octavos de forma humillante. Jamás en la historia de la máxima competición europea, un equipo había sido eliminado después de marcar seis goles en la eliminatoria. Triste récord Guinness del City. El entrenador que llegó a la Premier con la aureola de número uno, camina por el alambre del fracaso después de haber gastado 208 millones en reforzar el equipo. Las cosas se le han torcido de tal modo, que solo puede aspirar a ganar la Cup ya que la Liga la tiene medio ganada el Chelsea.

Cuando pronto hará cinco años que Guardiola dejó el Camp Nou, el entrenador que ha ganado más títulos en la última década, sumamos los del Barça y Bayern, comienza a darse cuenta que trasplantar el estilo Barça sin jugadores que tengan el ADN de Messi y compañía, es imposible. La eliminación del City en Mónaco lo ha ratificado. Los días de vino vividos en el Barça son irrepetibles. Ganar seis títulos en una temporada y levantar dos Champions, parece un sueño imposible de repetir por mucho dinero que tenga el jeque Mansour, el propietario del City. Recordemos que su trayectoria en el Bayern ya estuvo por debajo de sus expectativas, se paseó en la Bundesliga pero la Champions se les atragantó tres años seguidos. Ahora en Manchester es más difícil todavía. Tiene una plantilla desequilibrada, una defensa de cristal y los fichajes no han contribuido a aumentar el nivel de competividad.

A Pep le cuesta conciliar el sueño estos días. Su equipo no da la talla, las carencias son evidentes. La prensa inglesa le trata con dureza ya que entre todos pusieron el listón muy alto. Le pasan factura por obligar a marchar al portero Joe Hart cuando Bravo no ha dado la talla. El fichaje a golpe de talonario -60 millones- del central Stones ha sido otro fiasco. Decir que De Bruyne era el Messi del City se ha revelado como un juicio temerario que ha repercutido negativamente en el rendimiento del jugador belga. Tener castigado a Yaya Touré media temporada por unas palabras de su mánager, fue otra decisión equivocada. La grave lesión de Gündogan frustró la idea de tener alguien que pudiera parecerse, solo parecerse, a Xavi o Iniesta.

El problema de Guardiola es que se tiene que convencer que el modelo Barça no es exportable ya que en ningún otro club encontrará una generación tan extraordinaria como la de Messi, Xavi, Iniesta, Piqué y compañía. En Inglaterra el gran error ha sido querer adaptar los jugadores a su patrón de juego cuando allí se juega un fútbol donde la solidez defensiva es factor clave. Allí triunfa la efectividad por encima de la belleza y la prueba es el Chelsea de Antonio Conte. La temporada se está convirtiendo en un calvario para él, el único consuelo que le queda es compartir las penas con Txiki Beguiristain y programar una renovación a fondo de la plantilla a cuenta de los petrodólares de Abu Dhabi.