TEATRO DEL BUENO

Entre bambalinas

Messi y Cristiano Ronaldo, dos de los grandes reclamos de los Madrid-Barça

Messi y Cristiano Ronaldo, dos de los grandes reclamos de los Madrid-Barça / sport

Carles Sans

En alguna ocasión, entre risas, he explicado en algún medio de comunicación mi enfado cuando el horario del partido del Barça coincide con el horario de nuestra función de teatro. Si, como sucede mañana, la coincidencia es con el clásico, entonces el rebote ya empieza a ser un clásico también, porque reniego un buen rato hasta que me acostumbro a la idea. 

Una de las cosas que más me entusiasman de un partido es el antes. A pocas horas de comenzar un clásico el ambiente que se respira es solo comprensible para aquellos que vivimos el fútbol con intensidad. Los medios ya llevan un tiempo calentando motores y la sensación que recorre el cuerpo es muy agradable. Lo que hago ese día, desde que me despierto, está pensado en función de la hora del comienzo. Hay que prevenir que en casa todo esté a punto.

El día que la función coincide con el partido a la misma hora, la emoción es la misma que si lo fuéramos a ver en directo; sin embargo, al llegar el momento, allá en el camerino, frente al televisor, viendo calentar a los jugadores mientras nosotros calentamos articulaciones, el desconsuelo es enorme porque sabemos que en pocos minutos empezará y nos lo vamos a perder prácticamente todo. Mañana, a eso de las seis y cuarto, podremos ver el comienzo, a sabiendas de que poquísimos minutos después tendremos que salir a escena. Y es que en teatro rara vez se comienza en punto: existe lo que se denomina “minutos de cortesía” reservados a los rezagados que entran en la sala una vez comenzada la obra y molestan a los demás. Y esos minutos serán todo lo que podamos ver. Sonará la voz moderada del regidor anunciando el comienzo del espectáculo, justo en el momento en que se iniciarán los primeros compases del match. Al poco rato habremos desconectado del fútbol para entregarnos a un público que, por fortuna, poco le importa el clásico y por eso ha decidido acudir al teatro aunque la ciudad se encuentre paralizada. Tanto mis colegas como yo conocemos la responsabilidad que supone tener que hacer una función en condiciones de energía y dedicación para que sea un éxito; sin embargo, nuestro regidor echará de vez en cuando un vistazo al televisor y nos irá señalando las incidencias más destacables, sobre todo cuando el Barça marque un gol, que entonces se acercará a las cortinas que separan el escenario del interior de la escena y por señales nos dictará el resultado. Si es favorable, les garantizo que la interpretación mejorará en intensidad y energía, de lo contrario, procuraremos que no se note.