Dos asuntos marginales

Manifestación en el campo de El Palo

Manifestación en el campo de El Palo / sport

Carles Sans

Se llama Fabián Márquez y, tras una delicada operación a vida o muerte, ha salido del peligro de morir por una puñalada asestada por un individuo al final de un partido de Tercera Regional en la provincia de Málaga. Un chaval que tuvo la vida y la muerte balanceándose a menos de un centímetro de su corazón. Un suceso que refleja la precariedad con la que se vive y se ha vivido siempre en esos campos de Dios donde se disputan cientos de partidos de categorías que no interesan más allá del barrio. Yo jugué en mis años de juvenil en campos de barriadas en las que el sentido común te decía que ganar el partido podía ser una temeridad. En algunos casos no comenzaba el partido si antes no venía la pareja de la Guardia Civil que, por cierto, poco podía hacer si aquello acababa en tumulto. Por suerte, solo viví algunos sustos, nada parecido a lo de Málaga. Esperemos que este suceso sirva para poner algo más de cordura y de seguridad para esos chavales que juegan por afición, pero con la misma ilusión que si fuesen de Primera.

Otro asunto. Me congratulo de colaborar en un diario deportivo que decide dedicar una portada como la del miércoles de esta semana. Destacaba como asunto principal el partido de Champions femenino que el Barça iba a disputar ese día contra el PSG francés, un rival más fuerte sobre el papel. Me pareció una portada valiente y comprometida con el barcelonismo, y muy oportuna en días que, desde el mundo del tenis, se cuestiona si las tenistas profesionales deben cobrar menos que los hombres. Un debate de hombres manejado por hombres en un deporte de hombres. Aunque la portada haya sido más factible por la ausencia de actividad del primer equipo del Barça, un apoyo tan destacado requiere de una voluntad y una sensibilidad expresa que la sección de fútbol femenino y el club, seguro, debieron de agradecer. 

Porque, no se olvide: el Barça es Barça hasta la última de sus secciones.