El día que Neymar salvó a Messi

Messi y Neymar se volvieron locos con la remontada

Messi y Neymar se volvieron locos con la remontada / Joan Monfort

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Los jugadores festejaron la victoria como si hubiesen conquistado la Champions. Los espectadores lo celebraron en la grada como si fuera el título más valioso. La reacción de los medios informativos confirmó que era un triunfo histórico, una remontada memorable. Todos estamos de acuerdo que fue la guinda para que el Barça se convierta en un equipo de leyenda. Aquí y ahora, con la perspectiva del tiempo transcurrido, es importante analizar la clave que propició tan fantástica reacción cuando parecía que todo estaba perdido.

Fueron siete minutos mágicos en los que Neymar, que ya había sido el mejor hombre del partido, se echó el equipo a la espalda y con tres actuaciones determinantes consiguió que en un abrir y cerrar de ojos pasáramos del 3-1 al 6-1. Ver para creer, fue como un milagro. El chip que cambió el estado de shock que sufrían los jugadores después del gol de Cavani lo activó Ney lanzando una falta a la escuadra ante la impotencia del portero del PSG. Aquel gol volvió a disparar la adrenalina. El estadio se reenchufó y comenzó a corear “¡Sí se puede, sí se puede!”. Dos minutos después, el árbitro señaló un penalti y cuando todo el mundo pensaba que Messi sería otra vez el encargado de transformarlo, le dijo al brasileño con la mayor naturalidad: “Lánzalo tú”. Fue un gesto de generosidad y a la vez de reconocimiento. Leo sabía mejor que nadie que estaba en estado de gracia. Con el 5-1 y el estadio en pie, ya solo faltaba un último esfuerzo. Neymar se encargó de fabricar la proeza. Desde fuera del área centró por encima de la muralla francesa para que Sergi Roberto marcara el gol de sus sueños, el gol de su vida.

El miércoles fue el día que Neymar salvó a Messi de caer eliminado y, en consecuencia, de perder cualquier opción al próximo Balón de Oro. Fue también la noche en que el brasileño confirmó que en el futuro será el relevo natural del crack. Ojalá sea el día que le sirva para convencerse de que también es un gran goleador. En esto tiene un paralelismo con Messi, que de joven tampoco explotaba su perfil realizador. Ney ha madurado y continúa su progresión imparable. Ya no destaca por sus cortes de pelo sino por su juego, por su profesionalidad. El partidazo de Neymar es una buena oportunidad para hacer un reconocimiento a Sandro Rosell, que fue el principal impulsor de su fichaje cuando no era más que una gran promesa.

En el crecimiento y consolidación del brasileño hay que darle a Messi un papel de protagonista. Ha sido su tutor y su amigo. Siempre le apoyó, siempre le defendió. Valora su talento innato, que le permite brillar como el mejor driblador del mundo, por técnica y velocidad. Ya era hora de que algún jugador fuera capaz de tomar el mando cuando el argentino no tiene el mejor día. Además, tenemos la suerte de que Leo no ve en Ney a alguien que le pueda hacer sombra, sino todo lo contrario, lo considera su discípulo aventajado. Basta ver la imagen del argentino, como no se había visto nunca, subido a la valla festejando el gran triunfo, para reconocer que el partidazo de Neymar ha servido para hacer más grande la leyenda de este equipo.