Deulofeu, cuestión de estado (culé)

Deulofeu, durante uno de los pocos entrenamientos que hizo junto a Luis Enrique

Deulofeu, durante uno de los pocos entrenamientos que hizo junto a Luis Enrique / sport

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Luis Enrique dijo adiós y Robert ya es otro hombre. Como cuando el jefe abandona la oficina y sus empleados empiezan a jugar al ‘Candy Crush’.

Solo así se entiende que, en la entrevista que dio al ‘Què t’hi jugues!’ de la Cadena Ser, diera más titulares en media hora que en todas sus apariciones públicas anteriores. Masajeó tanto a Unzué que, o es el próximo entrenador, o servirá de distracción para cerrar al elegido. Se le vio desencorsetado para anunciar que habrá refuerzos procedentes del Barça B y dar por hechas las renovaciones de Messi e Iniesta. Se le notó ejercer cómodo la soberanía de su cargo para abrir la puerta del Barça a Gerard Deulofeu, un futbolista al que Luis Enrique echó tras decidir que en cuatro entrenamientos ya lo había visto todo. Y esa fue, seguramente, la mejor noticia que insinuó Robert.

Deulofeu caminó demasiadas veces por el alambre durante su etapa en el fútbol base, con los técnicos y responsables de la cantera moldeando el fuerte carácter que le ha permitido llegar a la elite, como para, tras pisar el Camp Nou, recibir una patada en el culo que decidió una sola persona de forma unilateral, por muy importante que sea y por mucho poder que tenga. Deulofeu cuesta 12 millones de euros, algo que también confirmó Robert, desatado. Un precio más que asequible para tanto talento ofensivo. Robert, como cualquier socio o aficionado, siente la necesidad de permitir a Gerard que demuestre que puede brillar en el Camp Nou. Casi como si fuera una cuestión de estado (culé).