Cuando Cristiano decida jugar solo de '9'

Algo no previsto está ocurriendo. Veamos, podía ocurrir. Bueno, perdón, en realidad ha sucedido un montón de veces. Y ha pasado, incluso, con equipos mejores, perdón, que el actual Real Madrid, que solo se limita a ganar, pero no juega ni mucho ni poco, nada. Así que ese imprevisto que se ha producido, es decir, que un equipo que había vivido colgando de su vestuario el cartel de ‘imposible perder’, por espacio de 40 partidos, que son muchos, que es un auténtico récord, haya caído, de pronto, en un túnel, y tiene preocupado, incluso, al propio Tomás Roncero. Y eso, perdónenme, es gordo, preocupante.

Les diré más: me temo que para tapar esta difícil, ¡ojito! que no caótica, situación, pues el Real Madrid aún es líder y depende de sí mismo para salir adelante en el torneo del KO (cuidado porque el Nápoles en Champions no es poca cosa y el otro día le vi ganar ¡lo juro! en el minuto 93), Madrid ha empezado a airear más comportamientos impropios en el Barça y, por supuesto, declaraciones como la de ese dirigente del PP, Ramón Gómez, que dice que “el Barça es un equipo de llorones y farsantes”, con la intención de tapar la tormenta.Pero me temo, o no, que el tsunami que le puede venir encima al Real Madrid sea otro. Puede, sí, que me esté adelantando a los acontecimientos, pero algo se intuye ¿a que sí? Y es la crisis futbolística, la otra, la económica no corre peligro, en la que parece inmerso Cristiano Ronaldo, que ya pide más penaltis que nunca. CR7 empieza a ser ya un jugador mayor. Carente de su inmenso poder de intimidación con el balón en los pies en los últimos metros, alcanza el ridículo cuando trata de imitar a Leo Messi, baja al centro del campo a iniciar la jugada y casi se tropieza, casi se cae, no llega ni al semicírculo del área.

Ya ni les digo cuando él, sabio, conocedor de su cuerpo y musculatura más que nadie, y su entrenador, Zinedine Zidane, que ha empezado a mimarlo más que a otros, dosificándolo mucho, decidan que su única posición es jugar de ‘9’, de auténtico cazagoles. Y punto. Llegado ese momento ¿qué harán con Benzema, Morata y Mariano?