El corazón subsanó la falta de pegada

FC Barcelona,4 - Eibar, 2

El FC Barcelona recibe al Eibar en el Camp Nou en la última jornada de Liga / Joan Ignasi Paredes / Javi Ferrándiz

Pichi Alonso

Pichi Alonso

Nada más empezar, a las primeras de cambio, el Camp Nou quedó helado con el gol del Real Madrid en Málaga. Un jarro de agua fría que, con toda seguridad, se transmitió a los jugadores sobre el terreno de juego. Ese pequeño desconcierto se vio contrarrestado con un Eibar que reflejó un envidiable espíritu competitivo. Una actitud que tuvo como recompensa adelantarse en el marcador.

El Barça, como ha sido muy habitual a lo largo de la temporada, volcó su juego ofensivo saturando la banda izquierda, donde Jordi Alba y Neymar encontraron más opciones para llegar hasta la línea de fondo y la frontal del área eibarresa. Sin embargo, las ocasiones más claras de peligro llegaron aprovechando los despistes del eje central, Arbilla y Lejeune. El uruguayo fue uno de los grandes protagonistas del choque, aunque en esta ocasión no fue precisamente por su gran porcentaje de acierto: tres mano a mano errados.

intensidad y ambición Los minutos de descanso le sentaron bien al equipo. El Barça de la segunda mitad fue un conjunto con mayor intensidad, aunque la falta de resolución siguió pasando factura en los minutos iniciales. A estas alturas de temporada, y con la liga ya resuelta en favor del Real Madrid, el aspecto mental es clave para sacar adelante todo tipo de dificultades, como la de ayer frente al Eibar. En este sentido es justo destacar el compromiso de la plantilla de Luis Enrique.

El Barça demostró en todo momento que quería ganar el partido, sumar los tres puntos y despedirse de la Liga en el Camp Nou con una victoria. Lo intentó una y otra vez y al final logró sellar una remontada importante. Una victoria que envía un mensaje importante de cara al último compromiso de la temporada. La final de la Copa está a la vuelta de la esquina y el Barça llega con hambre de título. Es clave.