Cillessen se ha ganado un puesto en la final

Jasper Cillessen, en una acción en el partido de Copa

Jasper Cillessen, en una acción en el partido de Copa / sport

Albert Masnou

Tres jugadores fichados este verano aparecieron en la alineación de Luis Enrique en el partido de Copa del Rey contra el Atlético: Cillessen, Umtiti y André Gomes. El técnico está dando protagonismo a todos en similar medida sin que ninguno de ellos esté entre los top-10 porque ninguno es titular fijo. Hoy, si el Barça jugara una final, quizás solo Umtiti estaría entre los seleccionados. Sin embargo, se fichó fondo de armario para afrontar con garantías situaciones delicadas y Luis Enrique recorre a ellos para dar descanso a jugadores claves, para afrontar lesiones o sanciones. Lo  que toca.

Si el Barça está hoy en la primera final de la temporada, hay que repartir méritos pero hay que centrarse en Jasper Cillessen. El holandés entró con mal pie en el equipo pero hoy ya han desaparecido los nervios propios del inicio y es un jugador consolidado y que suma. Sin sus aciertos en la primera parte ante los remates de Grizzman, Carrasco, Savic o Godín quizás hoy estaríamos hablando de otra historia totalmente diferente porque sus acciones fueron decisivas para la clasificación del Barça para la final. Y para que el Camp Nou no sufriera (demasiado).

 Este acierto no es fruto de la casualidad porque hay que recordar que en el Calderón también fue clave con paradas de mérito. La posición de portero en el Barça es la más ingrata de todas pero Cillessen se ha ganado a pulso estar bajo los palos en el partidos de la final.

Es un jugador que, sin estridencias, se está hacienda su hueco en el Barça. Es fácil ser menospreciado cuando hay un guardameta titular tan consolidado. Le pasó a muchos. No es el caso de Cillssen. 

Su juego con los pies es más que notable y no tiene reparos en driblarse a Griezmann en el área del Camp Nou como pasó ayer. Al mismo tiempo, se ha descubierto (porque no se sabía cuando fue fichado) su gran potencia en el disparo, capaz de cruzar con facilidad el centro del campo lo que abre un abanico de posibilidades desconocidas hasta ahora. La guinda fue el penalti