Barxit

FC Barcelona, 0 - Juventus, 0

FC Barcelona, 0 - Juventus, 0 / Ignasi Paredes, Joan Monfort

Risto Mejide

Risto Mejide

Para salir de Europa los culés no hemos necesitado ni un referéndum. Nos han bastado 180 minutos y un puñado de italianos. Vale, que igual no todos eran italianos. Pero esto es como cuando te ibas en verano a Oxford y volvías sabiendo insultar en todos los idiomas menos en la lengua de Shakespeare. Lo importante no fue nunca aprender inglés. Aunque tus padres se hubieran hipotecado creyendo que sí. Ver llorando a alguien siempre tan feliz y sonriente como Neymar se nos hizo más que doloroso para todo el barcelonismo. Y es que a través de él lloramos todos. Sus lágrimas fueron las nuestras. Pero el caso es que a mí me enseñaron que hay que buscarle el lado bueno a todo lo que te ocurre, incluso si lo que te ocurre es de proporciones catastróficas, como es el caso. Hoy me visto de Theresa May azulgrana y me dispongo a buscarle todo lo bueno al Barxit.

Para empezar, la actitud del equipo en el partido de vuelta. Que dices: ojalá hubiéramos jugado así en la ida. Pero no lo estropeemos aún. No todavía, que tengo más. Segundo, la reacción del respetable en ese mismo encuentro. Un estadio hasta la bandera entregado desde el minuto uno hasta cuando ya no había nada que hacer y más allá. Me recordó a esos funerales en los que la gente acaba bailando hasta sobre el ataúd del finado. A él le habría gustado así. Saca el güisky Cheli para el personal. Tercero, el día antes. Ver al eterno rival ganar hasta en fuera de juego nos da cuenta de lo que uno puede perder incluso ganando. Sinceramente, prefiero perder orgulloso de lo que se ha hecho que ganar con algo que da hasta vergüenza. La remontada histórica fue nuestra final y nuestro final también. Quedémonos con eso, porque no hubo más.

Cuarto, lo mucho que motiva la desesperación. Cada vez tenemos menos que perder y más que ganar. Para empezar, este domingo, en el clásico, podemos perder definitivamente la Liga sin aún haberla ganado, sí, pero eso nos predispone a salir a por todas. Los nuestros saben muy bien lo que se juegan. Y tengo ganas de ver la cara de Leo y compañía al salir al campo. Porque hoy es de esas jornadas en las que solo puede pasar o lo mejor o lo peor del mundo.

Pena efímera. Quinto, en caso de que hoy vaya bien, ya verás qué poco nos habrá durado la pena. De nuevo el fútbol como metáfora de la vida, nos recordará que no hay mal que cien años dure ni imbécil que los aguante. Sexto, en caso de que hoy también fracasemos, ya verás lo importante que deviene de pronto la Copa del Rey. Ese trofeo que solo valoramos realmente (valga la redundancia) cuando es el único que nos podemos llevar. Igual este año hasta pitamos el himno. Y séptimo, en el peor de los casos, que nos quedemos en blanco en esta temporada, también estará bien, pues eso nos situará más cerca de los cambios profundos que necesitamos para estar de nuevo en el lugar que nos corresponde. Todo esto por no decir que lo único bueno del Barxit fue ver a un grandioso exbarcelonista como Dani Alves irse feliz del Camp Nou. Por fin.