Bartomeu-Rosell: punto y aparte

El presidente Bartomeu explicó una anécdota que vivió en el Club Churchill

El presidente Bartomeu explicó una anécdota que vivió en el Club Churchill / EFE

Toni Frieros

Toni Frieros

La intervención y comparecencia de Josep Maria Bartomeu el lunes por la noche ante los medios fue convenientemente diseñada y planificada por su asesor personal y los responsables de comunicación. Se trataba, por encima de todo, de blindar al FC Barcelona y poner un grueso muro de contención ante todo lo que se avecina como consecuencia de la detención de Sandro Rosell. Había que evitar que el club quedara bajo sospecha.

Lejos de esconderse o de escurrir el bulto, el presidente azulgrana fue claro, transparente y directo en sus mensajes. Mensaje número uno: el Barça no es parte de este proceso judicial. Mensaje número dos: si en la causa judicial se resuelve que el expresidente Rosell se benefició económicamente del club mientras era presidente, el Barça actuará en consecuencia… y se personaría como perjudicado. Palabras mayores, señores.

En el club barcelonista, hoy, no hay miedo alguno a que aparezca alguna irregularidad: “En los contratos que hace el FC Barcelona no hay comisiones ni intermediarios; todo está auditado”, explica un alto cargo del club. Son conscientes, eso sí, de que Rosell es un gran comisionista, pero también creen, hasta que no se demuestre lo contrario, que supo separar su actividad privada del ejercicio de sus responsabilidades como presidente.

Dicho esto, la junta directiva del FC Barcelona está destrozada anímicamente. La detención de Rosell por presunta pertenencia a banda criminal organizada y blanqueo de capitales ha dejado sin habla a los directivos. Muchos de ellos son íntimos amigos de Sandro, y sus respectivas familias también, y no pueden creerse todavía que esté en la cárcel. Un enorme dolor que lejos de mitigar con el paso de los días crece por la incredulidad que les invade: “¿Cómo es posible que haya pasado esto?”, se cuestionaba ayer uno de los directivos más cercanos a Sandro.

Quienes le acompañaron desde 2008, cuando inició el asalto a la presidencia del FC Barcelona, le preguntaron hasta la saciedad si era cierto lo que iba saliendo en Brasil: “No os preocupéis, todo es mentira”, respondía siempre Sandro.

Lo que no podrá evitar Rosell es que no se le acuse de mentir. Lo hizo siendo presidente al no ser transparente sobre la venta de su empresa BSM, operación investigada por el FBI. Corre un vídeo por las redes sociales sobre este particular que le deja en evidencia: “La verdad es que muchas veces ha ido de listillo y ha sido algo chapucerillo y la mentira tiene las patas muy cortas”, narraba ayer otro amigo suyo del club.

Para Josep Maria Bartomeu tener que marcar distancias con su íntimo amigo, y con quien le dio la oportunidad de presidir el FC Barcelona después de su dimisión, ha sido una decisión muy dolorosa. A título personal, y como amigo, ya se ha interesado, a través de la esposa de Rosell, de cómo se encuentra en la prisión de Soto del Real. Barto confía, espera y anhela que todas las acusaciones queden en agua de borrajas. Prefiere pensar que todo está siendo una pesadilla y acordarse únicamente de las cosas buenas que han vivido juntos… y de las que le ha dado al Barcelona.