Barco de rejilla para Neymar

Jordi Mestre habló del futuro de Neymar

Jordi Mestre habló del futuro de Neymar / AFP

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

Ignoro si ellos piensan lo mismo que yo y muchos culés. No sé, en serio, qué piensan Pep Segura (mánager deportivo de fútbol), Robert Fernández (secretario técnico de fútbol profesional), José Mari Bakero y Guillermo Amor (fútbol formativo profesional), Jordi Roura (fútbol formativo amateur), Josep Boada (responsable de observadores), Francesc Artiga, (Cadete A), Sergi Milà (Cadete B), Carles Martínez (Infantil A), David Sánchez D. Iinfantil B), Marc Serra (Alevín A), Jordi Pérez (Alevín B), Daniel Horcas (Alevín C), Pau Moral (Alevín D), Óscar Jorquera (Benjamín A), Juan Antonio Gil (Benjamín B), Albert Puig (Benjamín C), David Sánchez A. (Benjamín D), Daniel Segovia (Pre-benjamín), Ricard Segarra (porteros), Carles Rexach, Ernesto Valverde, Josep Maria Bartomeu, Jordi Mestre, Javier Bordas, que tanto sabe de esto, o el mismísimo, que aún sigue ahí, Ariedo Braida. Pero yo, si pudiese, pondría a Neymar Júnior de patitas en la calle.

Venga usted con los 222 millones de euros de su cláusula y adiós. Le pondría un lacito y, aunque me pareciese poco dinero (¡joder, el Real Madrid, acaba de vender a un bisuplente -en su equipo y en la selección- por 80 millones), le diría lo que dicen en Mallorca: barco de rejilla. Intuyen ¿no? lo que le ocurre a alguien que se mete en un barco de rejilla ¡pues que se hunde!

Llevamos demasiado tiempo enamorados de estos chicos y llevamos demasiado tiempo viendo cómo funcionan ellos, sus padres, sus multinacionales, su entorno, sus mánagers, sus abogados, que ni siquiera les enseñan a pagar sus impuestos, como para seguir haciéndonos ilusiones con ellos. Hemos visto cómo se está comportando Cristiano Ronaldo con el Real Madrid, con España entera. Y no pasa nada. Ellos van moviendo los hilos sin abrir la boca, ¡ellos nunca hablan, si no es cobrando! y, luego, si el PSG, el Chelsea, el ManUnited o el poderosísimo City (o si Florentino Pérez accede a pagar la multa o lo que debe) no les salvan, dicen que todo es un invento de los medios, sea un diario portugués o nuestro amado SPORT. Pero ellos ya han conseguido lo que querían, que no suele ser ruido. Ni gloria. ¡Dinero!

Ignoro qué piensa todo ese importante staff técnico del Barça. Es seguro que ellos querrían que Neymar Júnior siguiese en el club porque es, dicen, el relevo de Leo Messi. De momento (y perdón) solo ha sido una fiesta diaria (incluido papá, del que algún día nos sorprenderemos, ya verán), un vivir la vida ‘despacito’ o ‘muy rapidito’ (en jet privado) y colocar a los directivos en la puerta de los juzgados y veremos si de la cárcel.

Ese fútbol, que ya tiene a unos cuantos dirigentes en prisión, se maneja por unos derroteros en los que, posiblemente, ni siquiera los 26 citados en mi primer párrafo (con todo el respeto del mundo) van tan despistados como nosotros. Un deporte, un negocio en el que se tolera, sin que ocurra nada, que alguien se comporte como se comporta ‘Ney’ (o su padre, son la misma persona) y aquí no pasa nada, ¡nada!, merece dedicar su cariño y admiración a aquellos chavalitos del Infantil B del Barça que, tras ganar la World Challenge Cup, en Japón, consolaron a los derrotados. Y soñar que, cuando crezcan, continúen sintiendo que representan a algo más que un club.

Estamos cansados de oír (y hasta muchos de los que aparecen en el primer párrafo lo han confesado en más de una ocasión) que el futbolista acaba jugando donde quiere. Así es que barco de rejilla para Neymar, que ni siquiera ha sido capaz (como tampoco lo ha hecho aún CR7) de rodearse de todos esos periodistas que les persiguen a diario, juntarlos y decirles, no que aman a su club, porque tampoco me lo creería, pero sí que el Barça (o el Real Madrid) es el club donde estoy, el club que me paga, en el que me siento feliz, aquel donde lo tengo todo para triunfar (incluso buena parte de los mejores compañeros, futbolistas, del mundo) y, por tanto, “olvídense de todo ese ruido: yo me quedo”.

No lo han dicho, no. Por tanto, maquinan irse. Ese silencio habla demasiado mal de ellos. Así que, adiós. Yo no quiero en casa a nadie que no quiera estar. Todo por la pasta. Trae el dinero e inmediatamente preguntaré (buena parte de los 26 de arriba ya conocen, fijo, esos datos) qué cuesta la cláusula del robusto y fabuloso Ousmane Dembélé y el virtuoso (y amigo de Leo) Paulo Dybala. Y sé feliz con tu jet, Ney, 

en la ciudad del amor, junto a tu amigo Dani Alves.