El Barça ya no es lo que era

El Barça ya no es el Barça. Futbolísticamente hablando. O, al menos, no lo parece. Luis Enrique ha ido desnaturalizando el estilo del conjunto blaugrana a lo largo de estos tres años hasta convertirlo en lo que es ahora: un equipo más. Un equipo más con el mejor tridente atacante del mundo, claro. Porque, hoy, más que nunca, el Barça se sostiene en la magia y los goles de Messi, Luis Suárez y Neymar. El poder está en la delantera y el centro del campo ha dejado de tener la magnífica trascendencia que había convertido al Barça en una referencia universal. Se acabó el rondo, se acabó el control y hemos entrado, vertiginosamente, en el fútbol vertical, donde la MSN manda.

El Barça ya no es el Barça. Porque el Barça ya no gana (cuando gana) como ganaba antes. Un exjugador blaugrana, ahora entrenador, siempre que hablamos sobre el tema me recuerda lo mismo: “En el Barça, tan importante es ganar como la forma de ganar”. Y es que los culés nos hemos acostumbrado (o malacostumbrado) a la excelencia futbolística. Y ahora debemos ‘conformarnos’ con un fútbol mucho menos atractivo. Se siguen ganando títulos. Muchos. Tantos como 8 sobre 10 posibles. Pero no tienen el mismo sabor. Y no se celebran igual.

El Barça ya no es el Barça. Porque el centro del campo ha perdido protagonismo. Y brillantez. Hemos pasado de jugar con Sergio Busquets, Xavi e Iniesta a hacerlo el pasado martes, en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey ante el Atlético, con Rakitic, André Gomes y Denis Suárez. Nada que ver. Ni en el fondo ni en la forma. Y ahí radica uno de los principales problemas. De difícil solución, por cierto. Porque Xavi ya no está. Iniesta está a punto de cumplir 33 años. Y Busquets no puede jugarlo todo. 

El Barça ya no es el Barça. Y dudo que vuelva a serlo. Por eso no tenemos más remedio que ir acostumbrándonos a ello. Aunque duela…