El Barça de Lucho no sabe competir

Luis Enrique aseguró estar preparado para la guerra

Luis Enrique aseguró estar preparado para la guerra / AFP

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

Ayer, viendo el sorteo de Champions, sentí añoranza, tristeza y una terrible frustración. Frustración porque el Barça tenía que estar en el bombo de semifinales por la sencilla razón de que es mejor equipo que los otros supervivientes. Que llegue el Atlético y no llegue el Barça solo se entiende por el factor Simeone. Es el artífice de que en los últimos cuatro años hayan alcanzado tres ‘semis’ y hayan disputado dos finales. Un rendimiento muy por encima del valor del equipo gracias al trabajo de un técnico que a base de motivación y esfuerzo consigue que sus jugadores rindan el 120%.  Que el Madrid siga adelante, que tampoco es mejor equipo, duele mucho. Los blancos en los últimos seis años –desde 2010– solo han sido capaces de ganar una Liga y, por el contrario, han conquistado dos Champions con coraje, espíritu de supervivencia y una buena dosis de suerte y ayudas arbitrales. ¿Saben en qué ganan los clubs madrileños al Barça de Luis Enrique? Son más competitivos, juegan con más garra y estrategia los partidos clave.

La Liga es un título importante, pero la gloria está en la Champions. Cuesta de entender que el mejor Barça de la historia, el Barça de Messi, haya dominado con absoluta claridad el fútbol español en los últimos años y por el contrario se haya estrellado demasiadas veces en la conquista del título europeo. Hay un dato comparativo tremendamente revelador: el marcador de la Liga por lo que a títulos conquistados se refiere desde el 2010 arroja una goleada a favor del Barça, 5-1. Por el contrario, en el mismo periodo han ganado las mismas Champions, Barça (2011 y 2015) que Madrid (2014 y 2016).

Si analizamos a fondo estos datos, llegamos a una evidencia: el Barça en el torneo de la regularidad demuestra todo su potencial y por el contrario en las eliminatorias europeas falla más de la cuenta, no da la talla. El equipo de Luis Enrique no sabe competir al máximo nivel cuando juega a vida o muerte. Falta estrategia, actitud y concentración. Se vio en París y se confirmo en Turín. Dramático: encajaron siete goles, un lastre insalvable que les ha condenado. 

Los errores se pagan caros. El Barça ha caído en la Champions creyéndose que la gana el que juega mejor. Y esto no siempre es verdad. Cuentan otros valores y funciona otra filosofía. Es tan determinante no encajar goles como marcarlos. En un partido de 180 minutos, si te despistas media hora, arruinas el futuro. La Juventus tampoco es mejor que el Barça, pero fue superior en organización, regularidad y eficacia defensiva. El Barça de Luis Enrique, las dos últimas temporadas, no ha sabido competir con inteligencia, le ha faltado disciplina defensiva y ha pagado cara su irregularidad. Confiarlo todo al tridente le ha llevado a desactivar el centro del campo y provocar grietas en defensa. Saber competir bien es una responsabilidad directa del entrenador que debe exigir a los jugadores una actitud positiva y máxima entrega física. Decir que se han regalado 45 minutos es tanto como admitir que desde la banda has sido incapaz de corregir un error que ha costado la eliminación.