El Barça gana ahora las comparaciones con el Madrid

Neymar volvió a ser decisivo para el FC Barcelona

Neymar volvió a ser decisivo para el FC Barcelona / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

Una ley del fútbol científicamente probada dice que si el Madrid baja, el Barça sube, y viceversa. Los vasos comunicantes siguen demostrando esta verdad empírica, y así es como la caída del Madrid en los dos últimos encuentros ha revitalizado el Barça, o al revés. El fútbol es fascinante precisamente porque el destino puede cambiar en pocos segundos: justo cuando el Madrid tocaba el cielo con un récord de 40 partidos sin perder y media Liga en el bolsillo, se encontró con un surrealista gol de Sergio Ramos en propia puerta y una estocada fatal de Jovetic, un jugador hasta entonces desconocido que llevaba en el Sevilla solo unos pocos días. El equipo blanco siguió su cuesta abajo con un deficiente partido ante el Celta, que le deja la eliminatoria muy cuesta arriba. En paralelo, el Barça se ha recuperado de su mal inicio de enero. Hace muy pocas semanas el choque bronco contra la Real Sociedad se habría convertido en un calvario y, en cambio, el jueves se vio al equipo muy junto y totalmente consciente de que por fin había que terminar con la maldición de Anoeta. Es imposible hacer la travesía de una larga temporada sin pasar algún momento crítico: con el Madrid ganando 0 a 1 en el Sánchez Pizjuán el equipo azulgrana estaba contra las cuerdas, pero la tortilla se giró.

La buena noticia es que el Barça parece haber superado este bache inevitable y se dispone a lograr la necesaria velocidad de crucero. De repente, la comparación con el Madrid es odiosa, pero a favor del Barça. Y lo que vale para el colectivo, sirve también individualmente: Messi sigue superando de calle a Cristiano, que parece arrastrar el injusto ‘The Best’ más como un peso que como un premio. Incluso Neymar, que estaba hace escasas semanas bajo presión por su rendimiento, da señales de haber renacido, su contribución al juego colectivo vuelve a ser decisiva y, a pesar de que sigue sin marcar de jugada, al menos se ha revelado como un excelente tirador de penaltis gracias a la generosidad de Messi. Sí, el fútbol es caprichoso y el destino tiene siempre una sorpresa escondida a la vuelta de la esquina. El Madrid se creyó vencedor demasiado temprano, un pecado capital que en este deporte se paga muy caro. El Barça debe aprender la lección y no dejar que le pase lo mismo.