Barça: donde las dan, las toman

Mboula se le escapa al Barcelona

Mboula se le escapa al Barcelona / Joan Monfort

Toni Frieros

Toni Frieros

Nuestro querido y añorado Tito Vilanova era el único técnico del staff de Pep Guardiola que concedía entrevistas y con el que se podía dialogar ampliamente ‘off the record’ en el transcurso de la temporada. Con ocasión de la gira veraniega que hizo el FC Barcelona por Estados Unidos en 2011 pude entrevistarle en el Hotel Madarin Oriental de Miami. Entre otras muchas cosas, conversamos sobre si era ético o no, si podía entenderse como una declaración de guerra o no, que clubs ingleses como el Arsenal o el Manchester United, entre otros, echaran sus redes en la cantera del Barça. Venía eso a cuento porque el FC Barcelona iba a pagar más de 30 millones de euros uno de esos días para ‘repatriar’ a Cesc Fàbregas, que se había ido del club con solo 16 años en 2003.

“Si yo tuviera un hijo de esa edad y viniera un equipo inglés a ficharlo, sin dudarlo un instante le recomendaría que se fuera a Inglaterra”, me dijo. Me dejó helado, casi sin tiempo de reacción, porque estaba convencido, como gran culé que era, que despotricaría de la política de fichajes del Arsenal. “No podemos ser hipócritas. Nosotros, el Barça, hacemos exactamente lo mismo en España y en otros países”, me razonó. Y desde aquel día, doy fe, cuando un jugador de los equipos inferiores del Barça emigra, me acuerdo de las palabras de Tito. Su razonamiento era mucho más profundo y tenía mucho que ver, y sigue teniéndolo, con la forma de ser y trabajar del club azulgrana.

Por filosofía, el Barcelona, salvo excepciones, no paga grandes cantidades de dinero en concepto de sueldo y ficha por un juvenil. Lo ha hecho con Lee, Aleñá y pocos más, precisamente para evitar esas fugas por razones económicas. Y ahí ya está creando un agravio comparativo con el resto de chicos. La otra razón es de índole estrictamente deportiva. En Inglaterra, además de los equipos juveniles, está el llamado reserva, donde los menores de 21 años juegan sin la presión de tener que subir o bajar, como le ha venido ocurriendo al Barça B.

Cuando un chico juvenil se marcha del Camp Nou, como le ha ocurrido a Jordi Mboula, que ha fichado por el Mónaco, o a Eric García, que se ha ido al Manchester City, obedece a razones económicas y deportivas. Allí tendrán los minutos y la proyección que no encontrarán en el Barça, que viene pecando en los últimos años de no saber ponerle la miel en los labios a sus jóvenes promesas. Hacen falta más gestos, al margen de premiarles con entrenamiento con el primer equipo.

Ahora el club azulgrana tiene una gran herramienta en sus manos para gestionar esas situaciones: el Barça B, que jugará en Segunda División A, una categoría ideal para que ese salto entre el fútbol formativo y profesional no sea tan grande y costoso. Una división, la de plata, donde debería primar precisamente eso, la consolidación del talento y la madurez competitiva.

De cualquier modo, si algún chico del fútbol base decide irse del Barça y emigrar, que nadie se escandalice ni jure en hebreo. Recuerden las palabras de Tito. El Barça hace lo mismo.

¿Tiene sentido pagar 12 millones por Deulofeu?

Tal y como está el mercado futbolístico, en plena ‘burbuja’ inflacionista por culpa del músculo económico de los clubs ingleses, a los que se suman el Bayern y el PSG, pagar 12 millones de euros por un delantero ya contrastado y con experiencia como es Gerard Deulofeu parece una ganga… Sí, hasta aquí todo es correcto. Sin embargo, debería explicarse muy bien, para que lo entendamos todos, cómo es posible que el FC Barcelona, para repescar un jugador que fue suyo desde categoría alevín hasta el primer equipo, tenga que desembolsar ahora esa cantidad de millones. Máxime si tenemos en cuenta que la temporada pasada el Everton abonó solamente 6 millones de euros por Deulofeu. Es decir, y en resumen, el equipo inglés disfrutó una temporada entera de Gerard (jugó cedido previamente en la 2013-14 antes de ir al Sevilla en las mismas condiciones) y encima ha ganado seis millones de euros netos. Un gran negocio para el equipo de Koeman, sin duda. Nunca he entendido este tipo de cláusulas, porque en vez de ser una posición ventajosa para el club que tiene los derechos del jugador, parece que esté en inferioridad.