El Barça debería dar transparencia a los contratos como el Benfica

Robert y Semedo durante la presentación

Robert y Semedo durante la presentación / sport

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

No es ningún secreto, más bien una evidencia. La directiva del Barça sufre una crisis de credibilidad a la vista de los problemas extradeportivos que encadena en los últimos tiempos. La aparición continuada de noticias que afectan negativamente la imagen del club, desde la polémica del ‘Seient Lliure’ al contrato del testaferro de Rosell, debería llevar a la entidad a plantearse un Código de Transparencia de obligado cumplimiento que evitaría casos como el que sucedió el pasado viernes.

Con motivo del fichaje de Nélson Semedo se ha producido un hecho que merece una reflexión. Mientras el Barça en rueda de prensa anunciada el coste del traspaso, 30 millones, más unos variables que Robert Fernández no concretó, resulta que dos horas después el Benfica facilitó un comunicado oficial en el que reflejaba con exactitud todas las cifras. Lo grave es que en el coste del traspaso había una diferencia de 596.728 euros a favor del club portugués y que los variables pueden ser mucho más elevados de lo que se dijo en el Camp Nou. ¿No sabía el Barça que el Benfica es una Sociedad Anónima Deportiva que está obligada, según lo dispuesto en el artículo 248 del Código de Valores Modélicos de la Bolsa de Lisboa, a comunicar todas las transferencias económicas? No puede ser que en temas económicos nos den lecciones en Portugal y aquí se oculten los contratos como si fuera delito darles transparencia.

Después de esta experiencia, el FC Barcelona debería plantearse dar todos los contratos de forma oficial ya que su ocultación no tiene ningún sentido si luego pasan por una auditoría externa y los jugadores los facilitan a Hacienda en su Declaración de la Renta. En el siglo XXI la confidencialidad no existe, ni la Caja B ni los cobros en negro. Estamos convencidos de que más pronto que tarde la UEFA exigirá a todos los clubs, sean o no Sociedades Anónimas, transparencia total, como también desean sin duda los socios del Barça. En la memoria anual, los contratos de los jugadores no se especifican, solo se facilita el

importe global.